jueves, 29 de agosto de 2019

BEN MOLAR Y SU COMPROMISO CON EL TANGO

BEN MOLAR Y SU COMPROMISO CON EL TANGO

Por Eduardo Horacio Bolan





Cada 11 de diciembre, desde 1977, se celebra el Día Nacional del Tango. Este género musical y  social recibió su merecido homenaje nacional gracias a la idea y perseverancia de Ben Molar,  vecino de Villa Crespo.  

NIÑEZ de MOISÉS SMOLARCHIK BRENNER (BEN  MOLAR)  
En aquel Buenos Aires de 1915, más exactamente un 3 de octubre, nace el segundo hijo del  matrimonio de inmigrantes polacos integrado por León Smolarchik y Fanny Brenner. Si bien ya  se conocían de su Polonia natal, es en Argentina donde se casan y tienen a sus tres hijos. Al  mayor lo llaman Rafael, al segundo Moisés (Móishele) y, luego de siete años desde el segundo,  llega Raquel para conformar la trilogía de hermanos.
Bajo el signo de las dificultades económicas, la familia debe mudarse en muchas  oportunidades y recorre más de diez conventillos en el barrio de Villa Crespo. Lugares, aquellos, donde habitaban y convivían varias familias compartiendo no solo los piletones y los baños, sino también conversaciones, comidas, donde se vivía sin cerrar las puertas aunque  cada familia conservaba su independencia y su idiosincrasia.  

"NACE" BEN MOLAR  
Moisés Smolarchik Brenner, con los años, se convierte en el afamado Ben Molar. El mismo que adaptara las letras (no puedo utilizar la palabra traducir ya que, como él mismo me confiara y es conocido por todos, no dominaba otros idiomas -salvo el idish-) de las canciones de Paul Anka, Neil Sedaka, Maurice Chevallier.
Desde la década de 1950 fomenta el lanzamiento de numerosas figuras musicales argentinas: Mercedes Sosa, Sandro, muchos de los integrantes del denominado “El Club del Clan” (Palito Ortega, Violeta Rivas), luego sería el turno de Los Abuelos de la Nada, de las Trillizas de Oro y numerosas estrellas más.
Amigo de tangueros (todos: cantantes, compositores), escritores (Leopoldo Marechal, Jorge  Luis Borges, Ernesto Sábato, César Tiempo, Florencio Escardó), artistas plásticos (Raúl Soldi,  Carlos Alonso, Luis Seoane). Compañero de todos, hombre que se hace querer, ayuda  desinteresadamente a los que se inician en las lides artísticas.
Por ser compositor, productor,  generador y difusor de expresiones artísticas populares es nombrado Ciudadano Ilustre de  Buenos Aires, miembro de la Academia Nacional del Tango, de la Asociación Amigos de la Calle  Corrientes y de la Academia Porteña del Lunfardo, ocupando cargos honoríficos en la  Asociación Gardeliana. Tampoco se olvida de sus orígenes: miembro del Instituto Cultural  Argentino-Israelita y socio honorario de la Biblioteca Popular Alberdi de Villa Crespo.
El mayor de sus logros es haber podido convencer en el año 1977 a las autoridades, por aquel  entonces, municipales de una idea que le había surgido en 1965 en la esquina de Corrientes y  Esmeralda (esquina tanguera) cuando espera un vehículo que lo llevara a la casa de Julio de  Caro, ubicada en Callao y Guido. 
Lo que le lleva más de una década de tantos ir y venir, tantos  “sí, en cualquier momento firmamos el Decreto” y no se concretaba, es que se declare el 11 de  diciembre como “Día del Tango”.  
El 11 de diciembre no es cualquier fecha. En ese día nacieron, aunque en diferentes años,  Carlos Gardel y Julio de Caro (violinista, compositor, director de orquesta de tango). Ben Molar  entiende que ese es el día más representativo del Tango y comienza su peregrinaje por oficinas  públicas llevando esa idea, que le lleva más de una década en hacerla real.  
El 29 de noviembre de 1977, finalmente y después de tanto batallar, se firma el Decreto  Municipal Nº 5830. Ben Molar, para festejar, le pide a su amigo Tito Lecture el emblemático  estadio cubierto “Luna Park”. 
El espectáculo se realiza el domingo 11 de diciembre de 1977.  Todos los cantantes y orquestas participan ante un público entusiasta que colma el recinto.  Éxito cabal.  

DÍA NACIONAL DEL TANGO  
Con un Ben Molar convencido de que este logro iba a alentar ideas similares en las provincias  argentinas para celebrar el Día del Tango en cada una de ellas y, por diversos motivos, en  fechas diferentes, propone que se festeje el “Día Nacional del Tango” en toda la República el  11 de diciembre.
Esta vez, su iniciativa se ve plasmada en menos de tres semanas (19 de  diciembre) al firmarse el Decreto Nacional 3781.  

"14 CON EL TANGO"  
Otra de sus ideas y logros es “14 con el Tango”. Es una obra artística en formato de LP (long play o elepé). Vio la luz en el mundo discográfico el 17 de noviembre de 1966, cuando ya  pergeñaba el Día del Tango.
Es una apuesta arriesgada ya que el mercado, por esos tiempos, está acostumbrado a LP de doce canciones, seis de cada lado del disco. Ben Molar logra lo imposible (no para él): seducir a catorce escritores y poetas que compongan un tango cada uno, convencer a catorce compositores para que le pongan música a esas letras, encontrar a sus intérpretes vocales y persuadir a catorce artistas plásticos que reproduzcan pictóricamente cada una de esas creaciones.
Es editado por el sello discográfico “Fermata” bajo la producción de Ben Molar, en grabación  sonora de 33 RPM (reproducciones por minuto), muy usada para los discos de vinilo.
Todas esas composiciones son importantes y obras de arte en sí, pero valga mencionar solo a  tres, a modo de ejemplo. La banda N° 1, “Alejandra” con letra de Ernesto Sábato y música de  Aníbal Troilo, la N° 6 “La mariposa y la muerte” con versos de Leopoldo Marechal  musicalizados por Armando Pontier, en el lado A del disco y la N° 8 “Milonga de Albornoz” con  versos de Jorge Luis Borges y música de José Basso, en el lado B del vinilo.
Como una de las tantas anécdotas que gustaba relatar Ben Molar sobre “14 con el tango”, nos  cuenta que le pidió a Jorge Luis Borges que le escriba la letra para un tango. La respuesta fue afirmativa pero nunca lo concretaba. La razón era que a Borges le desagradaba el tango ¡prefería la  milonga!

El esfuerzo y el compromiso logró ser recompensado con el éxito, no sólo de reconocimientos  nacionales y extranjeros (como ejemplo Osaka, Japón) y premios alcanzados sino y, por sobre  todo, el agradecimiento que supo dispensar el público en general a esta obra monumental.

De cómo ese niño que nació un 3 de octubre de 1915 llegó a ser y vivir como Ben Molar  merece ser contado en un capítulo aparte. 


eduardobolan@gmail.com

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