jueves, 29 de agosto de 2019

ANTONIO ALICE, nuestro vecino

ANTONIO ALICE, NUESTRO VECINO VILLACRESPENCE

Por Eduardo Horacio Bolan




























































Notable ser humano y artista, pintor y profesor de arte. Con sus trazos suaves y  agradables, con su técnica precisa, conoció el secreto del amor por la pintura. Luz,  color, la emoción en la composición. Vivió en Serrano 895. Un grande de la pintura  argentina y villacrespence.   

SU INFANCIA  
Tercer hijo de uno de los tantos matrimonios de inmigrantes italianos que llegaron a La Argentina, Antonio Alice nació el 23 de febrero de 1886 en la Ciudad de Buenos Aires (en esos años se la denominaba directamente Buenos Aires).  Antonio, mientras asistía a la escuela primaria, ayudaba en el negocio de zapatería de su padre, ubicado en la calle Rivadavia (desde la Ordenanza de 1897 es Avenida), próximo a la Plaza del Congreso (o de los dos Congresos).
La labor que desempeñaba  Antonio era de lustrador de zapatos.  De carácter afable y dotado desde temprana edad para el dibujo, supo aprender las primeras letras, trabajar con betún y cepillos mientras garabeteaba, mejor dicho dibujaba, imágenes que observaba.   

SUS INICIOS EN EL ARTE  
Quiso el Arte, que no es bueno ni malo, que uno de los asiduos clientes de la zapatería, don Cupertino del Campo (1873-1967, estudiante de Bellas Artes y sobrino del escritor Estanislao del Campo, además de estudiante de medicina) reparara en ese niño y sus  dibujos. Percibió un potencial particular en esos trazos y no dudó en solicitar a Alice  padre que le confiara apadrinar los estudios pictóricos de su pequeño hijo y ayudante.  Una vez terminado el primario, Antonio no quiso, o lo determina la familia, continuar  estudiando el secundario.
En 1898 Cupertino del Campo, que llega a ser Presidente del  Museo Nacional de Bellas Artes (1911-1931) presenta a esta joven promesa a su  maestro de pintura, Decoroso Bonifanti (1860-1941). Este artista italiano, nacido en  Turín, llega a La Argentina en 1884 e instala su estudio en el barrio de la Boca. Allí,  Antonio Alice, pasará sus próximos seis años en calidad de estudiante. 
En 1904, Alice, gana el concurso Nacional de Pintura y recibe una beca para  perfeccionar su arte en Turín, Italia. Este será su primer viaje a Europa.  Ingresa en la Real Academia Albertina de Bellas Artes de la ciudad de Turín, lugar  donde ya había estudiado otro compatriota, Ernesto de la Cárcova (1866-1927, muy  conocido por su obra en óleo “Sin pan y sin trabajo”).   

ARTISTA DESTACADO Y RECONOCIDO  
Alice, autor de innumerables obras pictóricas, realiza dibujos y pinturas en óleo de  todo tipo: paisajes urbanos, marítimos, escenas camperas (es invitado por Joaquín V.  González a su casa en la Provincia de La Rioja, además de vistas de Turín), retratos  (autorretratos, de su maestro Decoroso Bonifanti, de Florentino Ameghino, de  Marcelino Ugarte, de la Señora de Antoinette Barreron de Pagneux), retratos de  familia, de su familia, de su padre, de su madre, de sus hermanos (Miguel, Matilde,  Santina, Mariano, quizá el más conocido sea “Mis hermanas” de 1916), los dedicados a  la Patria (“Tierra de promisión”, “Riquezas argentinas”), y mucho, muchísimo más. 
Por su carácter abierto y de buen trato se hace amigo de otros pintores, no sólo de los que lo iniciaron en la pintura, también de Quinquela Martín y de todos aquellos que conociera. 
Gana premios en el exterior y en su país. Hombre agradecido, se dedica a la docencia para trasladar a otros recién iniciados lo que sabe, lo que ha aprendido a través de observar los tonos de luz (luminosidad), la figura humana, las miradas, expresiones, emociones. 
Entre sus obras cumbes figura “Los Constituyentes de 1853” (óleo, 1933). Alice deja plasmado la sesión nocturna del 20 de abril en la que se destaca Juan Francisco Seguí (diputado por Santa Fe) en calidad de orador. Esta obra, que se encuentra en el Salón  de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional, fue la culminación de numerosos bocetos de varios de los constituyentes (Juan José Zuviría, Pedro Ferré, Facundo Zuviría, Juan Seguí) y diferentes “Estudios de la sesión” y hasta un “Boceto para la ubicación ideal para el cuadro Los Constituyentes…” cuyo resultado es la obra mencionada.
Antonio  Alice tarda más de diez años en realizar la investigación (cuenta con el asesoramiento de Joaquín V. González y realiza numerosos estudios históricos) para lograr la obra  final. 
Todo el esfuerzo, el estudio intelectual y físico de los constituyentes, la respuesta al por qué de esta obra, lo deja escrito en su publicación “Los Constituyentes del 53. La  sesión nocturna del 20 de abril” (1935, 78 páginas) 
Para mencionar más de sus obras cumbres, es difícil elegir solo algunas, puedo citar “La muerte de Güemes” (1911, se encuentra en la Legislatura de la provincia de Salta),  “Retrato de Julio Argentino Roca”, “San Martín en Boulogne-Sur-Mer” (1915). Con respecto a este último cuadro realiza la obra pictórica “Autorretrato con San Martín” (1919) donde vuelve a pintar a San Martín en la misma posición que en el de  “Boulogne-Sur-Mer” y en el extremo inferior izquierdo aparece el mismo Alice, quizá un homenaje, o un “guiño”, a Diego Velázquez y su máxima obra “Las Meninas”.

Antonio Alice fallece en su atelier, con pincel en mano ideando nuevas obras, el 24 de agosto de 1943. Nunca se casó ni dejó descendencia.   
Entre viajes y creaciones supo ser vecino del barrio, de Villa Crespo. Vivió en Serrano  895, esquina Loyola. Allí se encuentra un edificio de tres plantas. 


eduardobolan@gmail.com




1 comentario:

  1. Muy buena semblanza de un pintor argentino ( porque eso fue con su arte) no muy recordado. Yo, al menos, aprendí con esta nota que fue también villacrespense. Gracias!

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