martes, 25 de mayo de 2021

LA MEDICINA EN UN VILLA CRESPO TODAVÍA SIN NOMBRE

                LA MEDICINA EN UN VILLA CRESPO 

                           TODAVÍA SIN NOMBRE

Por Eduardo Horacio Bolan

Antes que el Barrio de Villa Crespo tuviera un nombre, estas tierras estaban habitadas por pobladores que cultivaban en sus quintas y por esporádicos visitantes. Estas personas también se enfermaban y tenían hijos y debían ser atendidas por abnegados médicos y parteras.

 

La medicina en Villa Crespo antes de 1880

En aquellos tiempos en el que el paisaje del actual Barrio de Villa Crespo se componía de quintas, bañados, potreros, hornos de ladrillo, campo abierto, con escasos pobladores estables y con visitantes llegados del “centro porteño” para vacacionar en sus viviendas de recreo, los escasos habitantes también necesitaban ser atendidos por sus padecimientos corporales. Para esos casos todavía no había médicos estables en la zona y debían recurrir los vecinos a sanadoras y parteras ocasionales que eran llamadas con urgencia para tratar de resolver las situaciones de salud. Deberían ser llevadas a caballo según la premura y la importancia del paciente. Acaso, como pago, pudieran volver a sus chozas con verduras, frutas y quizá alguna gallina como recompensa por sus habilidades.

No han quedado registros seguros de esas “curanderas” aunque el historiador Diego del Pino supo entrevistar a antiguos vecinos de Villa Crespo que le contaron lo que les habían contado antiguos vecinos que recordaban a una tal “Chichina”,  que supo atender a dolientes y mujeres parturientas y que vivía cerca del actual Cementerio de la Chacarita, por la hoy Av. Warnes.

Todo cambia, paisaje y cantidad de pobladores, hacia comienzos de la década del ´80 del siglo XIX.

 

Primer Hospital Municipal y Hospital Vecinal

En una edificación bastante alejada de Villa Crespo y mucho más en aquellos años donde el transporte era escaso y precario, se inaugura en 1883 el Hospital San Roque en el solar donde antes se encontraba el Lazareto San Roque. La obra le fue encargada al arquitecto Juan Baustista Buschiazzo. El edificio ocupaba (y ocupa) dos manzanas, ubicado en Gral. Urquiza, entre las calles México y Venezuela. En su momento este nosocomio fue el único Hospital General de la Municipalidad. A su inauguración asistió el Director de la Asistencia Pública Dr. José María Ramos Mejía. En 1914, con el fallecimiento del Dr. Ramos Mejía, el Hospital pasa a llamarse, precisamente, Hospital General de Agudos José María Ramos Mejía.

Por la lejanía y la incomodidad, más para casos de urgencia, de llegar al San Roque, las autoridades municipales tuvieron que habilitar nuevos centros sanitarios. Para paliar esa situación se instaló por el entones Camino de Moreno (desde 1893 cambió su denominación por Warnes), entre Thames (llamada así desde 1882) y Godoy Cruz (actual Av. Juan B. Justo) el Hospital Vecinal “Santa Rosa”. Estaba ubicado en la actual vereda de números pares de Warnes y según recuerdos de memoriosos era de construcción antigua, con techos de tejas y que, si bien precario, supo cumplir con el propósito de cuidar la salud de los vecinos.

 Primeros médicos en el barrio

Juan Dufour

En los años iniciales de esa emprendedora década del ´80 varios médicos recién recibidos consideraron de importancia hacer llegar sus conocimientos a los habitantes de los incipientes barrios.

En lo que respecta a lo que sería Villa Crespo, en aquel entonces denominada Circunscripción 15º, el primero fue Juan Dufour, al menos siguiendo registros escritos y orales.

Recibido de médico en 1881, Juan Dufour, tenía su residencia en Córdoba y Ecuador y se interesó por llevar su saber médico a la 15º

Su tesis doctoral versó sobre la Litiasis úrica. Entre los académicos examinadores se encontraban los hermanos Manuel Augusto y Leopoldo Montes de Oca, Ignacio Pirovano, Eduardo Wilde y, entre otros, José T. Baca, que fue el presidente de la tesis de Dufour.

En la publicación de la tesis que efectuara la Facultad de Ciencias Médicas, Juan Dufour, cual devoto hijo, se la dedica: “Á la memoria de mi padre. Padre querido: ya que los decretos sagrados de la Providencia no os han permitido presenciar este acto, recibe en este día, los votos solemnes del hijo que nunca se olvidará que todo os lo debe.” y “Á mi madre”.

Juan Dufour solía realizar visitas médicas a esta Circunscripción 15º y muy pronto quedó entusiasmado por adquirir lotes en esta zona. No se desanimó por lo descampado del panorama y compró varias hectáreas. Su terreno estaba delimitado entre la conocida en esos años como 70 E (actual calle Muñecas), el Arroyo Maldonado, la propiedad de Rafael Comastri y el antiguo cementerio (actual Parque Los Andes), lo que hoy es la Av. Dorrego.  Su propiedad era atravesada por la recién creada red ferroviaria de trocha angosta llamada Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico. Es la misma red que en 1948, con la nacionalización de los ferrocarriles, el sistema fue renombrado como el que lo conocemos en la actualidad, Ferrocarril General San Martín.





Otros galenos 

Desde el actual barrio de Almagro, teniendo como eje Corrientes, varios facultativos cruzaban Chubut (hoy Av. Ángel Gallardo) para internarse en Triunvirato y llegar a sus pacientes del Distrito 15.

El primero en aventurarse fue el Dr. Francisco Sicardi, que residía en Corrientes, entre Rawson y Pringles. Farmaceútico, médico, escritor y poeta, plasmó en su obra “Libro extraño” sus experiencias como médico.

Otros galenos, por mencionar los que más quedaron en el recuerdo de los vecinos y que no tuvieron consultorio en Villa Crespo fueron: Juan B. Amesfil (también de Almagro), Gerónimo de Rossi (Corrientes y Bulnes), Ubaldo Villarroel (Corrientes y Ecuador) y muchísimos más.

Entre los primeros que instalaron su consultorio en el barrio figuran Francisco de la Vega. Atendía en Triunvirato (Av. Corrientes) casi esquina Malabia. Presentó su tesis doctoral “El chucho en Catamarca” en 1891. El chucho, esa fiebre producida por el paludismo o malaria, era común en su provincia natal, donde ejerció la medicina en el “Hospital San Juan Bautista” (ubicado en la ciudad San Fernando del Valle de Catamarca), establecimiento que comenzó a funcionar en 1881.

Muy estimado por los vecinos muy pronto se dedicó a la política, donde llegó a competir con el mismísimo  “prócer” de Villa Crespo Salvador Benedit. La política lo fue alejando de su profesión.

 

Alejandro Squassini

Nació hacia 1881 y su entusiasmo por su vocación fue prontamente recompensada con el título de Farmacéutico (1899), al cumplir los dieciocho años. Además en su currículum anterior a recibirse de médico se destaca que fue practicante de vacuna de la Asistencia Pública (1900), practicante del Hospicio Vecinal de Santa Lucía (1901), ayudante del Laboratorio Bacteriológico de la Casa de Aislamiento (1902), practicante del Hospital Teodoro Álvarez (1903), practicante menor (1904) y mayor (1905 y 1906) por concurso de la Asistencia Pública, interno del Hospital Italiano (desde 1904 hasta 1906).

En 1906 se recibió de médico con la tesis “El tétano y su tratamiento”. Entre los concejeros examinadores figuraban entre muchos más: Pedro Narciso Arata, José Penna, Pedro Legleyze, Enrique Bazterrica y Gregorio Araoz Alfaro.

En la sección “Observaciones” de su tesis, que realizara Squiassini en el Hospital Italiano en el servicio de Clínica Médica del Dr. Alberto Alberti, detalla cuatro en total.

Dejo sus notas (abreviadas por mí) de la “Observación IV”:

“S. V. italiano, 39 años, soltero, jornalero, C.F. Entra al Hospital el 3 de Marzo de 1906, Sala 5, cuarto B.

Antecedentes personales.- Sífilis. El 7 de Enero p. p., le apareció en la región esternal una lesión que se ulceró (el 20 de Febrero).

El enfermo se aplicó entonces con fines curativos, una cantidad de telas de araña.

Como vió que seguía supurando se decidió ir al Hospital Rawson donde le hicieron una prolija desinfección.

El 28 del mismo mes notó un espasmo del lado izquierdo de la cara, que se fue acentuando hasta impedirle de comer, rigidez de la nuca, dolor de cabeza. Desde el 2 de Marzo, la deambulación se le hace imposible.

Estado actual.- A su ingreso al Hospital tiene (…) contracturas, rigidez de los músculos de la nuca y del abdómen (…)

La inteligencia está intacta; no puede deglutir; tiene sudores profusos y sacudidas convulsivas en todo el cuerpo que lo hacen sufrir mucho.

Temp. 38, Puls. 90.”

(Squassini realiza un exhaustivo análisis de los aparatos circulatorio, digestivo, renal y asienta otros detalles.

Todos los siguientes días anota temperatura y cantidad de suero dado y otros detalles):

“Marzo 6.- Temp. 38. Dos baños, suero 40 cm3 (…)

Marzo 8.- Temp. 37,2. Suero 40 cm3. El enfermo duerme, la fisonomía presenta menos rigidez, las piernas puede flexionarlas bastante (…)

Marzo 10, 11, 12 y 13.- Las contracturas disminuyen á diario. El enfermo puede abrir la boca, pero sigue con la alimentación láctea.”

(Me entusiasmo con la lectura de las anotaciones):

“Marzo 14.- Ultima inyección de 20 cm3 de suero. El enfermo ha recupera todos sus movimientos; se levanta, camina y empieza á tomar alimentos sólidos.”

(Llega el tan ansiado final feliz):

“Marzo 26.- Sale de alta curado.”

Firmado por A. Squassini

(Todas las emociones y adjetivos son míos)

 

Cómo no recordar también las charlas que mantuve en el verano de 1992 con el Dr. Oscar Raúl Carlos Vogliano, jefe de cirugía del Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez”, en su casa de la calle Lerma.

Ser médico no solo era derecho de los varones.

En 1889 en la República Argentina una mujer, Cecilia Grierson, obtenía el título de Médica otorgado por la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires.

La Dra. Grierson realizó sus estudios dentro del plazo normal de seis años hasta obtener el título que tan bien supo desempeñar en su intensa actividad profesional.

Lamento no poder mencionar a todos porque sus nombres y sus méritos no merecen quedar en el olvido.

  

Antiguas Instituciones sanitarias del Barrio

Al ya nombrado Hospital Santa Rosa debe agregarse el Hospital Vecinal de San Bernardo, ubicado en la calle Serrano entre Aguirre y Loyola. Su director fue Manuel Augusto Dessein, que había sido exjefe interno del Hospital Francés.

Funcionó el Vecinal de la Parroquia hasta 1913, año en que inaugurado el Hospital Durand.

El 4 de junio de 1919 cobra vida “Liga Argentina contra la tuberculosis – Comisión Villa Crespo” (“La Salita”) en su primera sede de Malabia 233. A los pocos años, en 1925, dada la importancia que va adquiriendo entre los vecinos, inaugura su nuevo edificio en Godoy Cruz 542 (Juan B. Justo 2651). Allí permanece, ya con la denominación “Liga Argentina Médica Asistencial de Villa Crespo”, hasta mediados de 2017, cuando debe mudarse pues las instalaciones ya no respondían, según el GCABA, a los requisitos sanitarios acordes a nuestros días. Esta Institución con más de un centenar de existencia activa ininterrumpida, a la espera de la nueva construcción en el mismo solar de la Av. Juan B. Justo, sigue su reconocida trayectoria en el 1º piso de Otamendi 629, a pocos metros de la Av. Díaz Vélez y del Parque Centenario.

Por Eduardo Horacio Bolan


eduardobolan@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario