martes, 25 de mayo de 2021

HOMENAJE A LA NO VIOLENCIA

                                     HOMENAJE A LA NO VIOLENCIA

Una calle en Villa Crespo invita a la reflexión.

 

Calle Mahatma Gandhi

Cuando se comenzó a urbanizar la zona de  quintas, se fueron abriendo arterias y  designándolas con diferentes nombres. Una de ellas, en el Barrio de Villa Crespo, fue llamada “Giles”, queriendo honrar así a la ciudad y al partido ubicado en el norte de la Provincia de Buenos Aires.

Esta arteria por Ordenanza Municipal de 1960 cambia su denominación por la de “Mahatma Gandhi”. Sin duda la Ciudad de Buenos Aires homenajea al firme adalid de la independencia de la India y de su autodeterminación y que al mismo tiempo es el paladín de la no violencia.

La calle “Gandhi” nace en Av. Warnes al 200 y concluye su recorrido en Av. Honorio Pueyrredón al 1100.  Son siete cuadras que se nos presentan totalmente arboladas y que su transitar es apacible y transmite una impronta de vecindad con casas bajas y con pocos negocios.

Entre tantas calles en Villa Crespo, con nombres de Conquistadores, Congresistas, Héroes de la Independencia Argentina, es significativo que la designación de la calle “Mahatma Gandhi” no pase desapercibida y nos impulse a pensar en la paz como camino a seguir.

 

Calle Mahatma Gandhi en el barrio de Villa Crespo (Foto EHB)

Mohandas

El que sería conocido como Mahatma Gandhi nació como Mohandas Karamchand Gandhi en 1869 en India durante el Raj (dominio) británico.

Nació en el seno de una familia acomodada económicamente. Desde muy pequeño fue instruído a respetar a todo ser vivo y el ejercicio de la no violencia.

Por ese entonces en la India estaba vigente la estricta división de la sociedad en castas. La dominante era la de los brahmanes o sacerdotes.

En importancia de poder seguía la casta de chatrias que correspondía a militares y políticos.

La casta de la familia Gandhi era la de vaishias  correspondiente a comerciantes y artesanos.

En el último, o penúltimo, eslabón de jerarquía social se ubicaban los shudras, integrado por siervos, obreros, campesinos.

Fuera del sistema de castas se encontraban los dalits o intocables, los conocidos como parias.

(“Como un paria que el destino
se empeñó en deshacer”

Paria, ese mote terrible que tan bien describe la situación anímica del personaje ideado por el poeta Alfredo Lepera que inmortalizara la voz de Carlos Gardel en el tango de 1934 “Cuesta abajo”).

Además se encontraban los llamados invisibles, personas que no eran consideradas como tales y que en muchas zonas rurales a integrantes de  las otras castas se les permitía perseguir, encarcelar y hasta asesinarlos.

Como era costumbre, y acaso continúe en muchas regiones, la familia Gandhi arregló el matrimonio de Mohandas a la edad de 13 años.

A pesar de no destacarse en sus estudios, el joven Mohandas, por su condición de pertenecer a una familia pudiente ingresó a la University College de Londres donde, luego de aprobar las materias correspondientes, egresara con el título de Abogado.

 

Su paso por Sudáfrica

El título obtenido no conformó sus expectativas profesionales, es por eso que acepta un contrato de trabajo en Natal, una de las provincias de Sudáfrica, que a fines del siglo XIX todavía pertenecía al Imperio Británico.

En Natal existía una comunidad india relativamente numerosa con la cual Gandhi tenía intención de trabajar. Es en ese viaje donde vive diversas humillaciones por su condición de ser indio de nacimiento, algo que los británicos consideraban como condición inferior así como a todos los nacidos de las diferentes etnias sudafricanas.

De su contacto directo con el destrato hacia  sus connacionales en Sudáfrica y su oposición a esa situación degradante surge la semilla que lo llevaría a ser el líder más importante en su Patria.

 

Mahatma

Regresa a la India en 1915 precedido de cierta fama de activista de la no violencia.

No pasa desapercibido ante la mirada del poeta Rabindranath Tagore, gran conocedor de la sensibilidad humana. Este escritor en el verano de 1924 visita nuestro país y es recibido y alojado por Victoria Ocampo, con quien mantendrá un fluido intercambio intelectual por muchos años.

Es precisamente Tagore quien denomina a Gandhi como Mahatma. Esta expresión es una conjunción de sánscrito e hindi: maha que significa grande y atma que corresponde a alma.

En algunas regiones de la India Gandhi es conocido como Bapu, que significa padre, por lo tanto Padre de la Nación India.

Cada día aumenta el prestigio de Gandhi para proclamar la autodeterminación de la India lo que conlleva un peligro para la Corona Británica. Es por eso que el influyente político Winston Churchill, durante la visita del líder indio a Londres en 1931, expresa su repulsa hacia la figura del Mahatma: “es alarmante y nauseabundo ver al señor Gandhi, un abogado sedicioso, posando ahora como un faquir (…) dando zancadas medio desnudo”. Que se suele resumir como “faquir desnudo” en forma peyorativa.

 

Mahatma Gandhi

Calle República de la India

La calle Acevedo de Villa Crespo se llama así para recordar al sacerdote Manuel Antonio de Acevedo. Originariamente nacía en Av. Warnes, cruzaba Av. Córdoba y concluía su trazado en la calle Blandengues (hoy Av. del Libertador).

Con los años el tramo desde Av. Córdoba hasta Av. Santa Fe, por lo tanto hasta el otrora Jardín Zoológico, cambia su denominación por Armenia.

Desde el año 1961 el tramo desde Av. Las Heras hasta Av. del Libertador se llama República de la India.

La Independencia de la India no fue nada fácil, tuvo los traumas de la violencia interna que ni el propio prestigio del Mahatma Gandhi pudo detener. Es más, fue dividida a causa de cuestiones político-religiosas insalvables.

La India, como República independiente nace en 1947, algo por lo que Gandhi tanto luchó. Pudo verla independiente pero cayó asesinado fruto de un fanático religioso representante de un sector extremista hindú el 30 de enero de 1948.

Gandhi identificó en “Siete pecados sociales” el germen de toda violencia:

-          Riqueza sin trabajo

-          Placer sin conciencia

-          Conocimiento sin carácter

-          Comercio sin moralidad

-          Ciencia sin humanidad

-          Adoración sin sacrificio

-          Políticos sin principios

 

Por Eduardo Horacio Bolan

eduardobolan@gmail.com


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