domingo, 10 de mayo de 2020

NUESTROS VECINOS: LA FAMILIA FIORAVANTI

NUESTROS VECINOS: LA FAMILIA FIORAVANTI

Por Eduardo Horacio Bolan

El título de este artículo no nos remite al relator, me corrijo debo decir narrador de fútbol “Fioravanti” como a Joaquín Carballo Serantes (su verdadero nombre) gustaba que lo llamaran por su oficio laboral.
Por lo tanto, no es por “atento, Fioravanti”.
Tampoco por la bebida gaseosa más antigua del mundo (patentada en 1878) originaria de la ciudad de Guayaquil (Ecuador) denominada “Fioravanti” que, inclusive, es anterior a la gaseosa más famosa propiedad de una multinacional (patentada en Estados Unidos en 1886) aunque esta última terminó comprando a la ecuatoriana y hoy comercializa la marca.
Me refiero,  a la sazón, a esa familia inmigrante, de origen italiano, que en algún momento, a mediados de la última década del siglo XIX, llega a Buenos Aires y de la cual surgen artistas autodidactas, los cuales, con sus obras, maravillan a los especialistas y a los amantes del arte.

Familia numerosa
El matrimonio Fioravanti arriba al puerto de Buenos Aires desde su Italia natal con cinco hijos: Luis, Vicente, Ana, Santiago y Octavio, que es un bebé. Su primer domicilio villacrespense es en la calle Aguirre. Allí viven hasta el año 1907.
Apenas llegados a estas costas, la familia se agranda con el nacimiento de más vástagos. En 1896 nace José, posteriormente María y luego Guerino.
El matrimonio totaliza así ocho hijos.

Entre Villa Crespo y Chacarita
La vivienda en Villa Crespo y el trabajo en Chacarita. Es en este último barrio donde la familia Fioravanti establece  su comercio de venta de mármoles. Negocio muy apropiado por estar cerca del Cementerio del Oeste (1886), también conocido, ya por aquellos años, como “de la Chacarita”. Por Ordenanza de 1949 queda establecido que el nombre oficial es “Cementerio de la Chacarita” (su entrada principal es por la Av. Guzmán 680).
Sea porque necesitan una casa más grande, más cómoda  o por problemas de alquiler se mudan a la calle Frías. Allí viven hasta 1920. Posteriormente se trasladan a Loyola, donde permanecen por siete años para luego mudarse a un inmueble de la calle Aráoz.
Estos datos de direcciones y sus mudanzas le fueron suministrados al historiador villacrespense Cayetano Francavilla por Ana Fioravanti.

Octavio, un niño artista
El último de los hermanos nacido en Italia, más precisamente en la localidad de Civitanova, es Octavio (1894-1970).
A la temprana edad de once años ya es un artista en el trabajo del mármol.
(Se asegura que muchas de las obras funerarias del Cementerio fueron realizadas por Octavio)
Trabajo y pasión se dan cita en las manos de este niño/joven que tan pronto la ley se lo permite toma la ciudadanía argentina.
Incansable, curioso del arte, ya pasados los veinte años de edad, el dibujo y la pintura lo tientan y se aferra a ese, su nuevo entusiasmo.
Octavio es autodidacta, maestro de sí mismo, apenas recibe algunas instrucciones del pintor Fernando Santilli.

El impresionista
Sus ojos, sus manos y su sentir se impregnan observando pinturas, especialmente de las obras del denominado movimiento impresionista. Este nombre, “impresionista” se debió a la opinión despectiva de un crítico de arte (Louis Leroy) hacia el cuadro “Impresión, sol naciente” de Claude Monet (1840-1926, pintor francés).
Para Octavio todo es “manos a la obra”, también en escultura se destaca. Su obra más conocida es “El boxeador”.
En el campo de la pintura es donde más es recordado. Pinta paisajes, figuras, naturalezas muertas siendo sus obras sobresalientes “Paisaje”, “Interior del bosque”, “Barcas” y “Mujeres en la calle”.

"El parque"

"Mujeres en la calle"

Se hace ilustrador de revistas en la década de 1920 para, hacia 1930, convertirse en docente de la Escuela Nacional de Bellas Artes (creada en 1895 por decreto del Presidente José Evaristo Uriburu) continuadora de la Sociedad Estímulo.
En esas primeras décadas del siglo XX existían tres Escuelas Nacionales de Bellas Artes:
Escuela de Arte Decorativa de la Nación: popularmente llamada “Alsina” pues se encontraba ubicada en esa arteria y su director era el famoso Pío Colivadino (1869-1945, pintor y grabador argentino),
Escuela Nacional de Arte: se la conocía como “escuela de Uriburu”. Al término de los estudios se egresaba como Profesor Nacional de dibujo, y
Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova”, donde los alumnos podían optar por diferentes especialidades: dibujo, grabado.
De sus pinturas, puede decirse que más que la luz le importa a Octavio Fioravanti definir el volumen de las figuras. Sus paisajes son tratados en el plenairismo, o sea pintura al aire libre, traducción de la expresión en francés “au plein air”, modo del arte pictórico bien propio de los impresionistas.

Familia de artistas
Octavio no es el único artista de la familia Fioravanti, su hermana más joven, María, también quiso dedicarse a la pintura pero no en una edad temprana sino en edad avanzada. También tiene en el haber de sus obras retratos, paisajes y, no podían faltar, naturales muertas.
Aunque claro, el más famoso de la familia, sin duda, es José, el primero de los hermanos Fioravanti nacido en La Argentina.
José Fioravanti merece un capítulo aparte por la importancia de sus obras.

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