Alberto
Vacarezza (segunda parte)
Por Eduardo Horacio Bolan
Con la obtención
del premio mayor con el sainete “Los escrushantes” deja de lado los trabajos
donde se sentía incómodo y se dedica a la carrera de autor de teatro y de numerosas
obras literarias.
Prolífico autor
Alberto Vacarezza
supera largamente el centenar de obras teatrales escritas, entre sainetes,
dramas, comedias y más sainetes. Se aumenta a doscientas su cantidad autoral
contando guiones de películas, como poeta, como letrista de tangos y zambas. Carlos
Gardel, por solo mencionar al más grande, le grabó trece temas. Sus obras
teatrales fueron y siguen siendo representadas continuamente y no solo “El
conventillo de la Paloma”.
Muchos críticos y
público en general consideran a sus sainetes extremadamente sentimentales y ven
a sus personajes muy caricaturescos y consideran que trata a las figuras
extranjeras en forma xenófoba. Lo que puede asegurarse es que escribió para
emocionar y hacer reír, en las situaciones conflictivas sus personajes no
“llegan a mayores”, muchos se redimen. Su obra es popular, en el sentido de
masivo, de conocer la vida cotidiana y de concretarlo con su arte en forma
sencilla y así saber llegar a ese gran público.
Sabiduría popular campestre
De sus años vividos
durante su adolescencia en el campo, por mandato familiar (de su padre), Alberto
Vacarezza guardó en sus entrañas un gran respeto por la vida campestre y por su
gente. Lo dejó plasmado en numerosas obras con temática de melodrama rural y
por sobre todo en el libro “La Biblia Gaucha” (editado en 1936). Bajo este
rimbombante título reúne dos de sus obras camperas: “Refranes y consejos del
viejo Irala” y “El romance de Ciriano Ponce”. El primer título alude sin duda
alguna a los consejos vertidos por “el Viejo Vizcacha” personaje de “La Vuelta
de Martín Fierro” de José Hernández. Con Vacarezza el personaje es Irala: “Era
un viejito barbudo (…) los pelos sabían taparlo (…) que pa´verle la nariz/era
preciso soplarlo”. Pero el viejo Irala no es cínico sino que sus consejos, con
la moral campera de aquellos tiempos, son como los de un padre a sus hijos: “Al
nacer como al morir/los hombre semos iguales”, “No es más rico el que más
tiene/sino el que vive con menos”. Está escrito en sextinas al mejor estilo del
“Martín Fierro”. La sextina es una composición poética donde la estrofa se
compone de seis versos, que, generalmente, riman en sus diferentes variantes.
En el caso de “El
romance de Ciriano Ponce” está escrito en oncavillas (estrofas en ocho versos).
Es una novela en verso con tintes folletinescos propios de la época. Ciriano es
trabajador, que se compadece y ayuda a los pobres paisanos que son estafados
por truhanes en complicidad, muchas veces, con la ley (policías, jueces).
Ciriano Ponce dixit: “(…) Cuando vaya a entregarle mi alma a Dios/ ricuerden estas palabras:/ ¡El
trabajo y el amor!/Lo demás… ¡no vale nada!”
El Sainete y sus éxitos
Después del premio
obtenido con “Los escrushantes” (1911) siguió escribiendo obras con la temática
de una de sus grandes pasiones: el sainete. Nombrar todas es para otro tipo de
artículo, basta con recordar las que más se relacionan con Villa Crespo.
En 1920 estrena el
sainete “Tu cuna fue un conventillo”, en el Teatro Nacional (Av. Corrientes
960) de Pascual Carcavallo y con la Compañía actoral integrada por Luis Arata (1895-1967),
Leopoldo Simari (1889-1941) y José Franco (1886-1966). Entre los personajes
sobresalen “Maldonado” (interpretado por Luis Arata), compadrito que estuvo en
la cárcel; “El Gallo”; el “gallego Palomo”; “Don Antonio” (Leopoldo Simari) “tano”
que administra el conventillo; “Rancagua” (José Franco) criollo que “vive” de
la guitarra y de la milonga y que descuida a su novia “Filomena”; “Encarnación”
la esposa del “gallego Palomo” y que es asediada por el “tano Antonio”. Otro
tanto sucede con “Rosalía” (interpretada por la actriz Berta Gangloff, esposa
de Luis Arata en la vida real) por la cual se pelean “Maldonado” y “El Gallo”.
Hay conflictos tragicómicos habladas en jergas varias pero, en general, todo se
resuelve de la mejor manera.
Con “El Conventillo de la Paloma”, Alberto
Vacarezza logra, sin duda, el mayor de sus éxitos teatrales. Su estreno se
produjo en el año 1929 en el Teatro Nacional.
Vacarezza reitera
el argumento de sus otros tantos sainetes y quienes van a ver sus obras hasta
pueden adivinar lo que dirán sus personajes y, sin embargo, el público le es
fiel y asiste a las presentaciones.
“Paloma” es un
fuerte personaje alrededor del cual giran las otras figuras. Los hombres del
conventillo, ubicado en el barrio de Villa Crespo, se sienten atraídos por
“Paloma” y la llenan de “piropos”, la
halagan. Sus esposas desean que ella se marche del lugar. “Villa Crespo” tiene
la idea que las mujeres mientan a sus maridos diciendo que ellas se sienten
atraídas por otros hombres para crearles celos y no se fijen tanto en “Paloma”.
Aquí entra en escena “Nueve de Julio”, guapo malandrín, que llega al
conventillo y reconoce a su antigua querida que no es otra que “Paloma”. “Villa
Crespo” logra echar a “Paseo de Julio” y las mujeres abrazan a “Villa Crespo”
para dar celos a los maridos. “Paseo de Julio”, tiempo después, regresa al
conventillo acompañado de otros malandras como él. Se escuchan unos disparos y
regresa solo “Villa Crespo” quien declara su amor a “Paloma”. Todos los
matrimonios, finalmente, se reconcilian.
En “Tu cuna fue un
conventillo” es “Maldonado” el guapo prepotente mientras que aquí el malevo es
“Paseo de Julio”, el representante del Bajo porteño, pero las situaciones son
similares.
En 1931 estrenará
“El conventillo del Gavilán” con “Palermo” y “Puente Alsina” como alguno de sus
tantos personajes y similares situaciones.
Vida privada/pública
Fue amante de la
vida bohemia aunque supo formar una familia.
Fue admirador del
gobierno peronista (1945/1955) y muy cercano al Gral. Perón.
Llegó a desempeñar
la presidencia de Argentores (la Sociedad de Autores fundada en 1910) y de la
Casa del Teatro.
Leer a Vacarezza
Alberto Vacarezza,
que fallece en 1959, dejó un amplio abanico de posibilidades para que podamos
leerlo. No dejemos pasar la oportunidad.
eduardobolan@gmail.com
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