domingo, 10 de mayo de 2020

VILLA TALAR: INFORMACIÓN SOBRE UN BARRIO PORTEÑO QUE NO EXISTE MÁS (parte III)


VILLA TALAR: INFORMACIÓN SOBRE UN BARRIO PORTEÑO QUE NO EXISTE MÁS

        Por Marcelo J. Bourdeu

Parte III


A fines de 1919 e inicios del año 1920

El fin de 1919 se acercaba. Fue un año importante para Villa Talar, pero no fácil, ni allí ni en el país en general.
Pongámonos un poco en situación. El mundo estaba viviendo, razonablemente esperanzado, el fin de la primera guerra mundial, llamada con más exactitud, la "Gran Guerra" europea.
En la República Argentina, promediaba la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen. El Intendente Municipal era, interinamente, Saturnino García Anido a quien sucedería desde diciembre del 19 hasta octubre de 1922 José Luis Cantilo.

1919
Efectivamente, el 19 no había sido un año fácil. 
Como situación de fondo el país estaba, trabajosamente, tratando de salir de los trastornos económicos que la guerra trajo por la reducción de compras y transportes para los productos argentinos.
El año se había inaugurado dolorosamente. Resumiendo lo más posible, ocurrió que el 7 de enero, los obreros de los Talleres Metalúrgicos Vasena (en Parque Patricios) declararon una huelga en demanda de más justas condiciones laborales. La empresa trató de quebrar la huelga con obreros que no adherían, lo que desató actos de violencia de parte de los huelguistas como saqueos a armerías, incendio de iglesias y toma de talleres.
Aquí hay que señalar que el primer sindicalismo argentino (y el mundial)  estaba dominado o muy influido por el anarquismo que en su oposición a toda forma de autoridad favorecía el caos como terreno propicio para su avance. El día 9 se declaró una huelga general. Yrigoyen ordenó reprimir lo que -como suele lamentablemente ocurrir- tampoco se hizo con sutileza.
Síntesis: entre el 7 y el 11 de enero, la violencia de un lado y del otro provocó más de 600 muertos y alrededor de 3.000 heridos. Nuestra Historia llama a esto, elocuentemente, "La Semana Trágica". 
Más allá de este horrible principio de año, Yrigoyen debió afrontar en ésta su primera presidencia (1916-1922) más de 300 huelgas lo que da una idea del clima en que vivía el país.

VILLA TALAR
Pero limitémonos a nuestro tema. El año se cerraba alimentando esperanzas de mejoras vecinales. 
El domingo 7 de diciembre comenzaron a dar frutos algunos de los incansables pedidos de la Asociación de Fomento de Villa Talar (AFVT). 
Ese día se efectuó en la Villa -desde temprano y organizada por la Asociación misma-  una gira de inspección  del Delegado Municipal de la zona norte de la Capital, Señor Lorenzo Balleto


Aunque no dispongo de precisiones sobre las atribuciones de este funcionario surge de la nota periodística que su labor consistía,  al menos en parte, en tomar contacto directo con las realidades barriales para asesorar al Intendente Municipal.
El propósito de la gira era la constatación visual y en el lugar ("in situ" y "de visu" diría un amante de los latines) de las numerosas deficiencias denunciadas y con las necesidades de mejora. Falta de desagües, de alumbrado y de calles empedradas eran las principales necesidades de los vecinos. Todo esto quedó ampliamente mostrado y demostrado, a juzgar por las medidas que se tomarían más adelante.

Visita del Dr. Francisco Beiró en Villa Talar
El delegado municipal fue acompañado en su recorrido por el barrio por los integrantes de la Comisión Directiva de la A.F.V.T., por el Diputado Nacional Dr. Francisco Beiró, por el concejal Dr. Amuchástegui, y otro funcionario, un Señor Manzano, director de la "sección conservación niveles y calzadas".

 
Dr. Francisco Beiró

(En cuanto al Dr. Beiró, acotemos que su familia fue vieja vecina de Villa Devoto, con la que siempre siguió vinculada. En febrero de 2008 la Junta de Estudios Históricos de Villa Devoto logró que la Legislatura de la Ciudad aprobase una ley protectora de la casa del Doctor Beiró (en la esquina de Marcos Paz y José Luis Cantilo), salvándola del riesgo de la demolición. El Dr. Francisco Beiró, diputado como ya dijimos a la fecha de esta gira, fue luego -en marzo de 1928- elegido  candidato a Vicepresidente de la Nación por el Radicalismo Yrigoyenista. Integró así la fórmula ganadora Yrigoyen-Beiró y debía asumir el cargo el día 12 de octubre de 1928. Pero eso no pudo ocurrir pues Beiró falleció en el mes de julio.)

Concluida la gira que comentamos, la comisión directiva de la A.F.V.T. obsequió a los visitantes con un almuerzo que se sirvió en el Restaurant y Bar San Martín.

No puedo resistir la tentación de comentar algo sobre este lugar histórico de Villa Devoto. Se trata del bar "alemán" situado en la ochava sur de la Av. San Martín y Pedro Morán. Soy -como lo fue mi padre- uno de los muchos que en su jardín frontal, bajo las palmeras y el cielo, tomaron, en alguna noche de verano y junto a amigos cómplices, sus primeros chopps de adolescente. Ignoro si el bar existe actualmente, pero sin duda muchos recuerdan su mobiliario exterior con las redondas mesitas metálicas y pequeñas sillas del mismo material, equipamiento entonces habitual de las cervecerías, ilustres predecesoras de las que pululan actualmente.
El caso es que en ese "bar alemán" se homenajeó a las autoridades visitantes. Es una lástima que la fotografía no estuviese entonces más difundida ni fuese tan nítida como puede serlo hoy. Tenemos que conformarnos con lo que los periodistas del momento decidieron registrar.
Digamos entonces que el periódico "La Época", del lunes 8 de ese diciembre de 1919 señala que concurrieron a este almuerzo los señores: Lorenzo Balleto, Francisco Beiró, José A. Amuchástegui, Diego Manzano, Romeo, Temoni, Elmi, Damián Díaz, N. Nazarielli, Salvador Gatti, Leopoldo Fasquel, Manuel Garrido, José Venetolo, Juan Vernengo, Leopoldo Mata, Juan Arbelles, Julián Bourdeu, José Pedro Fernández, Senén Morla, José Abbiate, R. Argentino Calvo, Ignacio A. Bordenave, Hércules Barberis, Jerónimo Belgrano, Antonio Daglio, Adrián Bulo, Eduardo Charpentier, Eduardo Villagra, Camilo Poltti, Atilio Cervino, Andrés Calzetta, Honorato Accialini y Rómulo Barberis.
Quizás algún vecino actual reconozca aquí el nombre de un pariente o viejo conocido de la familia.

Todas estas gestiones y esta gira de inspección -reforzadas por otras constantes demandas- darían finalmente resultados positivos. Aunque claro está que, de acuerdo con una especie de estilo nacional, no con demasiada rapidez...

Villa Talar en 1920
Los primeros días de 1920 fueron testigos del inicio de una acción conjunta de varias entidades vecinales de la parroquia de San Bernardo. En relación con las parroquias -divisiones zonales de la Iglesia Católica- recordemos que entonces se las empleaba también para delimitar jurisdicciones electorales y de allí su influencia en la vida política de la ciudadanía.
La parroquia de San Bernardo fue creada por decreto del Poder Ejecutivo Nacional el 11 de abril de 1894 y comprendía los barrios de Villa Crespo (su sede), Caballito, parte de Flores, Villa Gral. Mitre, Santa Rita, Villa Devoto, Villa Talar, Villa del Parque (con Agronomía y Parque Chas), Villa Ortúzar, Chacarita, Colegiales, Palermo y Almagro.
Según lo expresa "El Progreso" de Villa Crespo del 4 de enero, la A. F. de Villa Talar había invitado a las asociaciones del mismo carácter existentes en la referida parroquia a efectuar en común una gestión ante las autoridades municipales.
Es justo señalar que -siempre según la fuente citada- esa invitación tenía un cercano antecedente en otra formulada por una "Asociación Defensa Vecinal" de la que carezco de otros datos.
¿Qué motivaba la necesidad de unirse para actuar ante la Intendencia Municipal? Pues que existía un proyecto de ensanche del Cementerio del Oeste o de Chacarita, que implicaba entre otras cosas "la clausura definitiva y grave de arterias importantes como la avenida Warnes y otras".
Este proyecto fue inconsulto y se lo consideró "descabellado" y "no conveniente para los respetables intereses de los habitantes y propietarios" de la zona afectada.
Concluye así "El Progreso": "Entendemos asimismo que las asociaciones de fomento que circunstancialmente se  confederen con ese objeto, deben señalar al señor Intendente la conveniencia de fundar una necrópolis en el Sur, para evitar a su numerosa población las molestias que origina el traslado actual a la Chacarita y la necesidad que existe en ordenar a una comisión de médicos e ingenieros el estudio de un sistema de cementerio en relación con la grandeza de la metrópoli".
Es evidente que el proyecto de ensanche afortunadamente no prosperó. No hay datos para asegurar que eso ocurrió por la acción de las asociaciones vecinales, pero es lícito suponer que esa actuación influyó y que los vecinos de Villa Talar fueron parte del éxito.


JOSÉ FIORAVANTI, SU DIÁLOGO CON LA PIEDRA Y BRONCE


JOSÉ FIORAVANTI, SU DIÁLOGO CON LA PIEDRA Y BRONCE

Por Eduardo Horacio Bolan

Este artista sobresaliente supo maravillar al mundo con sus esculturas y ganar premios nacionales e internacionales. Fue buena persona y amigo, de eso da cuenta el escritor Leopoldo Marechal y quienes lo trataron. Este hombre cabal siendo niño y joven fue nuestro vecino, transitaba por las calles de Villa Crespo.

En familia
Es el primer hijo argentino de la familia de inmigrantes italianos Fioravanti. Su nombre es José. Es el 4 de agosto de 1896. En total serán ocho hermanos, de los cuales dos, Octavio y José, sobresaldrán en el arte escultórico, en especial José. Octavio, de a poco, se destacará en lo pictórico.

De niño a hombre
A la temprana edad de 12 años, José se inicia en la escultura siguiendo los pasos de su hermano Octavio (1894-1970) y con el aprendizaje que en su niñez obtuviera del negocio familiar (venta de mármoles en Chacarita).
En sus inicios,  como lo hiciera Octavio dos años antes, recibe cierta formación del pintor Fernando Santilli y, en especial, del escultor suizo Alejo Joris, pero su instrucción real es ir a museos y observar. Se lo considera autodidacta. Permanece horas examinando las obras del Museo Nacional de Bellas Artes (Av. del Libertador 1473) estudiando la representación del volumen.
Sí, nuestro vecino, ese niño y luego joven, el que camina por Aguirre, Frías, Loyola y Aráoz, sus diferentes domicilios por aquellos primeros años del Siglo XX.
Siendo muy joven esculpe una imagen de sí mismo y la titula “Yo”.
A los 16 años expone en el Salón Nacional.

El Escultor
En 1913 ante la necesidad de encaminar su pasión realiza cursos en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes. No para, sigue su vocación que, en definitiva, es su pasión.
José Fioravanti es el que en 1919 obtiene el máximo galardón en el Salón Nacional de Bellas Artes con “Mi hermana María”, escultura realizada en mármol, el primer material que tiene a mano, el del negocio familiar. La retrata con cabello corto, vestido sencillo, expresión serena.
Conocedor de su destreza no se detiene y quiere perfeccionarse.  En 1924 viaja a España y expone en el Museo de Arte Moderno de Madrid, que compra una de sus obras en mármol. En 1926 expone en París y vende otra de sus obras. Es incansable, viaja para perfeccionarse por Europa, visita Luxemburgo, Italia, Grecia, Inglaterra, Portugal.
Al regresar (1927) es convocado por el Presidente Marcelo Torcuato de Alvear que se deslumbra con su arte y la Casa Rosada se ve galardonada con dos de sus relieves. Sigue, no para.

José Fioravanti

En 1929 regresa a Europa y permanece en París hasta 1935. En Versalles expone tallas en piedra de grandes dimensiones en “Jeu de paume” (juego de la palma, antecesor del tenis) Salón famoso por el juramento de los diputados del Tercer Estado en 1789.
Es en París donde da forma a los monumentos de Nicolás Avellaneda y Luis Sáenz Peña.
Regresa a Buenos Aires e inicia su otra profesión, la de docente, como también lo hace su hermano Octavio.

El Escultor y Docente
José se desempeña como profesor de talla directa en la Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova” (inaugurada en 1923, con domicilio en Av. España 1701).
Es nombrado en 1936 Académico de Número en la Academia Nacional de Bellas Artes (ANBA). En este mismo año recibe el Gran Premio del Salón Nacional por su escultura “Mujer con libro”. La “mujer” no es otra que su mujer, la pintora rusa Ludmilla Feodorovna (1896-1973) a la cual conoció en París. Como amante esposo la esculpió en varias oportunidades, tanto en bronce como en piedra. Amor por partida doble, hacia su arte y su mujer, pasión duplicada.
También le dio importancia a la amistad. José Fioravanti y el escritor Leopoldo Marechal fueron grandes amigos. Esto se ve plasmado en el libro que Marechal le dedica al escultor (“José Fioravanti”, 1942)

José Fioravanti

El “esencialista”
Fiorvanti se destaca por representar a sus personajes con rasgos esenciales que los caracterizan, identifica su escultura con el representado, justo ejemplo son los de Franklin Delano Rooselvelt, Manuel Mujica Láinez.
Trabaja y domina tanto el mármol como bronce.
Deja de lado, paulatinamente, el monumento “montaña” y comienza a realizarlos en forma donde la montaña vertical da paso a una plataforma horizontal para transitarla.

Monumento a la Bandera, Rosario

Son numerosos los monumentos elaborados por José Fioravanti: los ya nombrados, Manuel Belgrano, Beethoven, Florencio Parravicini, Canto a la Argentina de Rubén Darío, Roque Sáenz Peña (sentado, con un libro en sus manos, se visualiza un hombre de Estado, el del voto obligatorio), Simón Bolívar, con su espada en mano y subido a su caballo (ubicado en el Parque Rivadavia es un monumento horadado, para recorrer).
Monumento a Simón Bolívar

Entre tantos resalto el “Monumento a la Bandera” en Rosario, en colaboración con el escultor Alfredo Bigatti y los arquitectos Alejandro Bustillo y Ángel Guido.

Monumento a la Bandera (detalle)

En la ciudad de Montevideo (Uruguay) se emplaza el monumento al Gral. Fructuoso Rivera que realizara en forma conjunta con el escultor Carlos de la Cárcova (1903-1974, hijo de Ernesto).
Tampoco debo olvidar mencionar los famosos y tan fotografiados Lobos Marinos de Mar del Plata.
La lista sigue porque su obra es prolífica en cantidad y calidad.
Su muerte en 1977 no impide que gocemos de sus magníficas obras.




NUESTROS VECINOS: LA FAMILIA FIORAVANTI

NUESTROS VECINOS: LA FAMILIA FIORAVANTI

Por Eduardo Horacio Bolan

El título de este artículo no nos remite al relator, me corrijo debo decir narrador de fútbol “Fioravanti” como a Joaquín Carballo Serantes (su verdadero nombre) gustaba que lo llamaran por su oficio laboral.
Por lo tanto, no es por “atento, Fioravanti”.
Tampoco por la bebida gaseosa más antigua del mundo (patentada en 1878) originaria de la ciudad de Guayaquil (Ecuador) denominada “Fioravanti” que, inclusive, es anterior a la gaseosa más famosa propiedad de una multinacional (patentada en Estados Unidos en 1886) aunque esta última terminó comprando a la ecuatoriana y hoy comercializa la marca.
Me refiero,  a la sazón, a esa familia inmigrante, de origen italiano, que en algún momento, a mediados de la última década del siglo XIX, llega a Buenos Aires y de la cual surgen artistas autodidactas, los cuales, con sus obras, maravillan a los especialistas y a los amantes del arte.

Familia numerosa
El matrimonio Fioravanti arriba al puerto de Buenos Aires desde su Italia natal con cinco hijos: Luis, Vicente, Ana, Santiago y Octavio, que es un bebé. Su primer domicilio villacrespense es en la calle Aguirre. Allí viven hasta el año 1907.
Apenas llegados a estas costas, la familia se agranda con el nacimiento de más vástagos. En 1896 nace José, posteriormente María y luego Guerino.
El matrimonio totaliza así ocho hijos.

Entre Villa Crespo y Chacarita
La vivienda en Villa Crespo y el trabajo en Chacarita. Es en este último barrio donde la familia Fioravanti establece  su comercio de venta de mármoles. Negocio muy apropiado por estar cerca del Cementerio del Oeste (1886), también conocido, ya por aquellos años, como “de la Chacarita”. Por Ordenanza de 1949 queda establecido que el nombre oficial es “Cementerio de la Chacarita” (su entrada principal es por la Av. Guzmán 680).
Sea porque necesitan una casa más grande, más cómoda  o por problemas de alquiler se mudan a la calle Frías. Allí viven hasta 1920. Posteriormente se trasladan a Loyola, donde permanecen por siete años para luego mudarse a un inmueble de la calle Aráoz.
Estos datos de direcciones y sus mudanzas le fueron suministrados al historiador villacrespense Cayetano Francavilla por Ana Fioravanti.

Octavio, un niño artista
El último de los hermanos nacido en Italia, más precisamente en la localidad de Civitanova, es Octavio (1894-1970).
A la temprana edad de once años ya es un artista en el trabajo del mármol.
(Se asegura que muchas de las obras funerarias del Cementerio fueron realizadas por Octavio)
Trabajo y pasión se dan cita en las manos de este niño/joven que tan pronto la ley se lo permite toma la ciudadanía argentina.
Incansable, curioso del arte, ya pasados los veinte años de edad, el dibujo y la pintura lo tientan y se aferra a ese, su nuevo entusiasmo.
Octavio es autodidacta, maestro de sí mismo, apenas recibe algunas instrucciones del pintor Fernando Santilli.

El impresionista
Sus ojos, sus manos y su sentir se impregnan observando pinturas, especialmente de las obras del denominado movimiento impresionista. Este nombre, “impresionista” se debió a la opinión despectiva de un crítico de arte (Louis Leroy) hacia el cuadro “Impresión, sol naciente” de Claude Monet (1840-1926, pintor francés).
Para Octavio todo es “manos a la obra”, también en escultura se destaca. Su obra más conocida es “El boxeador”.
En el campo de la pintura es donde más es recordado. Pinta paisajes, figuras, naturalezas muertas siendo sus obras sobresalientes “Paisaje”, “Interior del bosque”, “Barcas” y “Mujeres en la calle”.

"El parque"

"Mujeres en la calle"

Se hace ilustrador de revistas en la década de 1920 para, hacia 1930, convertirse en docente de la Escuela Nacional de Bellas Artes (creada en 1895 por decreto del Presidente José Evaristo Uriburu) continuadora de la Sociedad Estímulo.
En esas primeras décadas del siglo XX existían tres Escuelas Nacionales de Bellas Artes:
Escuela de Arte Decorativa de la Nación: popularmente llamada “Alsina” pues se encontraba ubicada en esa arteria y su director era el famoso Pío Colivadino (1869-1945, pintor y grabador argentino),
Escuela Nacional de Arte: se la conocía como “escuela de Uriburu”. Al término de los estudios se egresaba como Profesor Nacional de dibujo, y
Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova”, donde los alumnos podían optar por diferentes especialidades: dibujo, grabado.
De sus pinturas, puede decirse que más que la luz le importa a Octavio Fioravanti definir el volumen de las figuras. Sus paisajes son tratados en el plenairismo, o sea pintura al aire libre, traducción de la expresión en francés “au plein air”, modo del arte pictórico bien propio de los impresionistas.

Familia de artistas
Octavio no es el único artista de la familia Fioravanti, su hermana más joven, María, también quiso dedicarse a la pintura pero no en una edad temprana sino en edad avanzada. También tiene en el haber de sus obras retratos, paisajes y, no podían faltar, naturales muertas.
Aunque claro, el más famoso de la familia, sin duda, es José, el primero de los hermanos Fioravanti nacido en La Argentina.
José Fioravanti merece un capítulo aparte por la importancia de sus obras.

ALBERTO VACAREZZA (2º parte)


Alberto Vacarezza (segunda parte)
Por Eduardo Horacio Bolan

Con la obtención del premio mayor con el sainete “Los escrushantes” deja de lado los trabajos donde se sentía incómodo y se dedica a la carrera de autor de teatro y de numerosas obras literarias.

Prolífico autor
Alberto Vacarezza supera largamente el centenar de obras teatrales escritas, entre sainetes, dramas, comedias y más sainetes. Se aumenta a doscientas su cantidad autoral contando guiones de películas, como poeta, como letrista de tangos y zambas. Carlos Gardel, por solo mencionar al más grande, le grabó trece temas. Sus obras teatrales fueron y siguen siendo representadas continuamente y no solo “El conventillo de la Paloma”.
Muchos críticos y público en general consideran a sus sainetes extremadamente sentimentales y ven a sus personajes muy caricaturescos y consideran que trata a las figuras extranjeras en forma xenófoba. Lo que puede asegurarse es que escribió para emocionar y hacer reír, en las situaciones conflictivas sus personajes no “llegan a mayores”, muchos se redimen. Su obra es popular, en el sentido de masivo, de conocer la vida cotidiana y de concretarlo con su arte en forma sencilla y así saber llegar a ese gran público.

 Alberto Vacarezza

Sabiduría popular campestre
De sus años vividos durante su adolescencia en el campo, por mandato familiar (de su padre), Alberto Vacarezza guardó en sus entrañas un gran respeto por la vida campestre y por su gente. Lo dejó plasmado en numerosas obras con temática de melodrama rural y por sobre todo en el libro “La Biblia Gaucha” (editado en 1936). Bajo este rimbombante título reúne dos de sus obras camperas: “Refranes y consejos del viejo Irala” y “El romance de Ciriano Ponce”. El primer título alude sin duda alguna a los consejos vertidos por “el Viejo Vizcacha” personaje de “La Vuelta de Martín Fierro” de José Hernández. Con Vacarezza el personaje es Irala: “Era un viejito barbudo (…) los pelos sabían taparlo (…) que pa´verle la nariz/era preciso soplarlo”. Pero el viejo Irala no es cínico sino que sus consejos, con la moral campera de aquellos tiempos, son como los de un padre a sus hijos: “Al nacer como al morir/los hombre semos iguales”, “No es más rico el que más tiene/sino el que vive con menos”. Está escrito en sextinas al mejor estilo del “Martín Fierro”. La sextina es una composición poética donde la estrofa se compone de seis versos, que, generalmente, riman en sus diferentes variantes.
En el caso de “El romance de Ciriano Ponce” está escrito en oncavillas (estrofas en ocho versos). Es una novela en verso con tintes folletinescos propios de la época. Ciriano es trabajador, que se compadece y ayuda a los pobres paisanos que son estafados por truhanes en complicidad, muchas veces, con la ley (policías, jueces). Ciriano Ponce dixit: “(…) Cuando vaya a entregarle mi alma  a Dios/ ricuerden estas palabras:/ ¡El trabajo y el amor!/Lo demás… ¡no vale nada!”


El Sainete y sus éxitos
Después del premio obtenido con “Los escrushantes” (1911) siguió escribiendo obras con la temática de una de sus grandes pasiones: el sainete. Nombrar todas es para otro tipo de artículo, basta con recordar las que más se relacionan con Villa Crespo.
En 1920 estrena el sainete “Tu cuna fue un conventillo”, en el Teatro Nacional (Av. Corrientes 960) de Pascual Carcavallo y con la Compañía actoral integrada por Luis Arata (1895-1967), Leopoldo Simari (1889-1941) y José Franco (1886-1966). Entre los personajes sobresalen “Maldonado” (interpretado por Luis Arata), compadrito que estuvo en la cárcel; “El Gallo”; el “gallego Palomo”; “Don Antonio” (Leopoldo Simari) “tano” que administra el conventillo; “Rancagua” (José Franco) criollo que “vive” de la guitarra y de la milonga y que descuida a su novia “Filomena”; “Encarnación” la esposa del “gallego Palomo” y que es asediada por el “tano Antonio”. Otro tanto sucede con “Rosalía” (interpretada por la actriz Berta Gangloff, esposa de Luis Arata en la vida real) por la cual se pelean “Maldonado” y “El Gallo”. Hay conflictos tragicómicos habladas en jergas varias pero, en general, todo se resuelve de la mejor manera.
Con “El Conventillo de la Paloma”, Alberto Vacarezza logra, sin duda, el mayor de sus éxitos teatrales. Su estreno se produjo en el año 1929 en el Teatro Nacional.
Vacarezza reitera el argumento de sus otros tantos sainetes y quienes van a ver sus obras hasta pueden adivinar lo que dirán sus personajes y, sin embargo, el público le es fiel y asiste a las presentaciones.
“Paloma” es un fuerte personaje alrededor del cual giran las otras figuras. Los hombres del conventillo, ubicado en el barrio de Villa Crespo, se sienten atraídos por “Paloma” y la llenan  de “piropos”, la halagan. Sus esposas desean que ella se marche del lugar. “Villa Crespo” tiene la idea que las mujeres mientan a sus maridos diciendo que ellas se sienten atraídas por otros hombres para crearles celos y no se fijen tanto en “Paloma”. Aquí entra en escena “Nueve de Julio”, guapo malandrín, que llega al conventillo y reconoce a su antigua querida que no es otra que “Paloma”. “Villa Crespo” logra echar a “Paseo de Julio” y las mujeres abrazan a “Villa Crespo” para dar celos a los maridos. “Paseo de Julio”, tiempo después, regresa al conventillo acompañado de otros malandras como él. Se escuchan unos disparos y regresa solo “Villa Crespo” quien declara su amor a “Paloma”. Todos los matrimonios, finalmente, se reconcilian.
En “Tu cuna fue un conventillo” es “Maldonado” el guapo prepotente mientras que aquí el malevo es “Paseo de Julio”, el representante del Bajo porteño, pero las situaciones son similares.
En 1931 estrenará “El conventillo del Gavilán” con “Palermo” y “Puente Alsina” como alguno de sus tantos personajes y similares situaciones.


Vida privada/pública
Fue amante de la vida bohemia aunque supo formar una familia.
Fue admirador del gobierno peronista (1945/1955) y muy cercano al Gral. Perón.
Llegó a desempeñar la presidencia de Argentores (la Sociedad de Autores fundada en 1910) y de la Casa del Teatro.

Leer a Vacarezza
Alberto Vacarezza, que fallece en 1959, dejó un amplio abanico de posibilidades para que podamos leerlo. No dejemos pasar la oportunidad.

eduardobolan@gmail.com