domingo, 8 de diciembre de 2019

ANTONIO CRESPO, MUCHO MÁS QUE EL NOMBRE DE UN BARRIO

Por Eduardo Horacio Bolan


Médico de profesión, higienista, diputado y senador nacional, Antonio Crespo, supo desempeñar el cargo de Intendente Municipal. Por fomentar mejoras en la Sección 15º y, sin él proponérselo, un barrio de la Ciudad de Buenos Aires lleva su nombre.


La ciudad de Paraná en 1851
Desde el 1º de mayo de 1851, lo que hoy es la provincia de Entre Ríos se encontraba convulsionada por el “Pronunciamiento de Urquiza”. Con esta proclama de su gobernador, Justo José de Urquiza, Entre Ríos reasumía su capacidad de comerciar y mantener relaciones exteriores con otras naciones, oponiéndose así a Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires, que hasta ese momento ostentaba la “suma del poder público” y las “relaciones exteriores” de la Confederación Argentina.
En ese momento previo a la batalla de Caseros (3 de febrero de 1852) nace en la Ciudad de Paraná (Capital de Entre Ríos) Antonio Francisco Crespo hijo de don Manuel Crespo y doña Dolores Candioti, el día 3 de diciembre de 1851.

Antonio Crespo, estudiante
Para concretar sus estudios secundarios se traslada a Santa Fe y asiste a clases en el Colegio jesuita de la Inmaculada, que volvía a abrir sus puertas (1862) luego de la expulsión de los jesuitas en 1767.
Para los estudios superiores su familia elige a la Universidad de Buenos Aires. Allí ingresa en la Facultad de Medicina, obteniendo el título de médico en 1875.
Para perfeccionar sus conocimientos y, seguramente, como premio y para satisfacer sus deseos viaja por Europa.



Su carrera profesional como higienista
A su regreso ejerce su profesión y es nombrado Profesor en la cátedra de Higiene de la Facultad de Medicina.
Es designado miembro de la Academia de Medicina y en 1879 asume la presidencia del Círculo Médico Argentino (fundado en 1875). Aquí desempeña una relevante actividad junto a José María Ramos Mejía (1849-1914) y otros jóvenes profesionales (Roberto Wernicke, Gregorio Aráoz Alfaro).
Antonio Crespo está convencido que debe aprenderse de las impresiones desagradables: “En el hospital los gritos de dolor, la fatiga angustiante de la respiración, las palabras delirantes inspiradas por la fiebre y la última convulsión del que exhala el último suspiro (…) en el pecho del estudiante de medicina despierta, inmenso, el deseo de arrancar de la muerte a los otros enfermos que el porvenir coloque en igualdad de condiciones. Si la ciencia no ha podido salvar a los que han sucumbido hoy… ¡quién sabe, la ciencia de mañana lo conseguirá tal vez!” (en Anales del Círculo Médico Argentino, tomo III, 1880).

Su carrera como político
En 1880, con la Federalización de Buenos Aires, la Ciudad de Buenos Aires es administrada por una Comisión Municipal. Por la gran complejidad de las tareas y para dar más impulso al distrito, en 1883 se crea el cargo de Intendente Municipal.
El Presidente de la Nación, con acuerdo del Senado, es el encargado de designar al que ocupe ese puesto político.
El primer Intendente es Torcuato de Alvear, quien se desempeña como tal desde 1883 hasta 1887.
Corre el año 1885 y Crespo es llamado por su provincia natal, Entre Ríos, para representarla como Diputado en el Congreso de la Nación. Llega a presidir esa Cámara en 1887.
Dado su creciente prestigio se lo designa como nuevo Intendente, el 2º en la historia de la Ciudad y debe dejar su cargo como diputado nacional.



Crespo Intendente  
Con sus jóvenes 36 años, Antonio F. Crespo, es llamado para ejercer el cargo de Intendente Municipal de la Ciudad de Buenos Aires. Asume como tal el 20 de mayo de 1887.
Le toca en suerte (que no es buena ni mala pero que a él, a Crespo, lo encamina hacia la posteridad) que sea promulgada la Ley 1899, el 28 de setiembre de 1887, en la cual la provincia de Buenos Aires cede a la Capital Federal los municipios de Flores y Belgrano.
A poco de asumir procede a iniciar las obras para la apertura de la Av. de Mayo con la colaboración de Juan (nacido Giovanni, había nacido en Italia y llega a La Argentina a los 4 años) Buschiazzo.
Durante su gestión, Crespo, funda la Inspección Veterinaria Municipal y da un fuerte impulso para examinar los alimentos que ingiere la población con controles bacteriológicos, vigila la salud en general y persigue a los infractores, promocionando investigaciones científicas para una mayor alimentación sana.
Conocedor que para dar soluciones deben realizarse análisis, toma la iniciativa y realiza un “Censo General de población, edificación, comercio e industrias de la Ciudad de Buenos Aires, Capital Federal de la República Argentina. Levantado en los días 17 de agosto, 15 y 30 de setiembre de 1887”. Se publica en dos tomos en 1889 compilado por una comisión presidida por Francisco Latzina (cartógrafo, meteorólogo y matemático).
En la página 452 del Tomo Primero se lee: “Practicado el censo, la comisión central ha encontrado como población de la ciudad en 1887, en las 20 secciones del antiguo municipio, la cifra de 404.173 habitantes. En los territorios de Flores y Belgrano, posteriormente anexados á la Capital, se encontró también una población de 25.385 almas.”

Su visita a la Sección 15º
Con la firme idea de fomentar esas tierras recientemente incorporadas el Intendente Antonio Crespo apadrina, con su activa participación,  la instalación de la piedra fundamental de una fábrica que sería decisiva para el progreso (tal como se lo entendía por esos años) de amplios terrenos pertenecientes a la Sección 15º.
El 3 de junio de 1888 se realiza el acto protocolar de la colocación de la piedra fundamental para construir la Fábrica Nacional de Calzado S.A., siendo su gerente Salvador Beneditt y su contable Julián Bourdeu.
Esta fábrica ocupa la manzana correspondiente a las arterias Acevedo, Segurola (hoy Gurruchaga), Cuyo (hoy Padilla) y Murillo. La entrada será sobre Cuyo.
Enfrente, también se comienza la construcción de la luego famosa Curtiembre, ubicada en las calles Segurola (actual Gurruchaga), Serrano, Cuyo (Padilla) y Murillo. Su entrada la harán por Segurola.
A partir de esa fecha los rematadores de lotes promocionan las ventas de esos terrenos como la “Villa de Crespo” (por el Intendente).
La denominación “Villa Crespo” para llamar al barrio coexistió, por aquellos años, con los nombres Sección 15º y Parroquia de San Bernardo, hasta que Villa Crespo desplaza a las otras designaciones tanto entre los vecinos como en el nombre oficial.

Últimos años
Crespo renuncia como Intendente en agosto de 1888, sin disponer de tiempo suficiente para poder llevar a cabo sus numerosas ideas para mejorar la Ciudad, y es nombrado Senador Nacional por Entre Ríos en mayo de 1889.
De su vida privada puede decirse que se casó con Florencia Vivot. De esta pareja nacen Manuel Antonio, Florencia y Julio Antonio.
A la temprana edad de 41 años, el 7 de julio de 1893, Antonio Crespo fallece en la Ciudad de Buenos Aires quedándole por realizar numerosos proyectos.







sábado, 16 de noviembre de 2019

RECUERDO DE UNA FUGA QUE TERMINÓ EN VILLA DEVOTO





Por Marcelo J. Bourdeu






Este pequeño acontecimiento ocurrió en un febrero en un lugar muy conocido y transitado por los devotenses y los visitantes. No concluyó en Devoto porque su protagonista, como podría imaginarse, haya terminado alojado en la Cárcel de Encausados. Y no fue así ya que estos hechos ocurrieron en 1924 y la Cárcel de Encausados (o como se llamara a través de los años) se inauguró recién en 1927.

Seccional 45ª 
Por esos días de 1923 Villa Devoto tenía ya su seccional 45ª, hoy Comisaría Comunal 11-B. Pero 45ª de la Policía de la Capital, porque así se llamó la institución policial hasta que en diciembre de 1943 se creó la Policía Federal Argentina.
Esa seccional 45ª tenía entonces jurisdicción sobre Villa Devoto, Villa del Parque y Villa Talar (esta última también fue llamada Villa Devoto Norte; hoy ha desparecido como barrio legal y se encuentra repartida entre la vieja Villa Pueyrredón y la mucho más reciente Agronomía).
Villa Devoto fue el lugar de los hechos. Por supuesto, no toda la villa, sólo una parte de lo que podría llamarse “el centro”. Sí, casi inevitablemente, la Estación. La Estación Devoto del viejo Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, luego Ferrocarril San Martín.
El caso es que en 1924, más precisamente en la noche del 11 de febrero, “la 45” dispuso una batida para recorrer la jurisdicción; algo de rutina.
Entre los grupos de la partida, uno a cargo del Ayudante Domingo Cenci se encargó de recorrer la zona de las vías próximas a la estación, con sus entonces habituales vagones cargados o vacíos esperando su turno de viajar.
La acción se desarrolló presuntamente en la porción de Estación que linda hoy con la calle Ricardo Gutiérrez, entre Gualeguaychú y Asunción, frente a la plazoleta que desde los años 60 se llama República Árabe Siria.


Los hechos de esa noche de verano

Podemos imaginar una linda noche devotense, algo de calor, aire perfumado por las muchas plantas y jardines y la quietud y oscuridad que por esos años habría por allí…
El agente Santiago Mazanessi (otros señalan el apellido Mazonetti, pero a falta de certezas optaremos por el primero) tuvo su momento estelar.
Los recortes de prensa que conocemos dan dos versiones de los hechos. Según una de ellas, el agente Mazanessi ingresó al sector de vías y encontró a varias personas que, aparentemente, dormían en un vagón. Como no era raro que hubiese quienes entraban a los vagones cargados con intención de robar, detuvo al grupito sin que hubiese mayor resistencia.
Según la otra versión, uno de los sujetos (¿no es ésta la palabra adecuada para una crónica policial?) se deslizó fuera de la zona de vías intentando evitar a la policía y tomar el tranvía 86, cosa que no pudo lograr por la acción de Mazanessi. (Pido disculpas, pero la mente se me escapa hacia el 86, haciendo allí ese codo prácticamente terminal de su ruta, a su pausa, años después, frente a la pizzería de Gualeguaychú… y al reinicio de su regreso hacia Corrientes y Maipú, pasar por la esquina mi casa paterna, al cruzar Pareja…).
Volviendo al año 1924, los detenidos fueron llevados a la seccional, donde los que dieron explicaciones claras fueron dejados en libertad y los otros demorados para identificación. Uno de estos últimos, que dijo llamarse Feliciano Gómez y que había dado respuestas confusas, intentó además escapar saltando la medianera de la comisaría, pero lo único que logró fue llamar aún más la atención sobre él. Más aún cuando sus características físicas no resultaban totalmente desconocidas…


Reaparece “El Ñato”




Se le tomaron las huellas digitales y se empezó a compararlas con las fichas. Allí Feliciano Gómez empezó a desmoronarse y en un breve interrogatorio sugirió él mismo que no era quien había dicho. Cuando el cotejo de huellas terminó ¡gran alegría general y felicitaciones para Mazanessi! ¿Por qué? ¿Quién era en realidad Feliciano Gómez? Era en realidad Eduardo Gallardo o Gallardón, alias “El Ñato”, con varios otros alias y nombres “de batalla”, con veinte detenciones en diez años y un prontuario importante por estafador (especialidad “cuento del tío”), robo, violación de domicilio y cositas así.
Pero todo esto, si bien hubiese justificado la alegría, no explica el entusiasmo de la seccional 45ª. Este entusiasmo se debía a que Gallardo (o Gallardón, o Gómez, o González o Ruquietto), “el Nato” en fin, con sus jóvenes 29 años, era (por pura suerte, como vemos) ¡el décimo capturado de la célebre evasión de la Penitenciaría Nacional!




La evasión

¿Qué evasión? La que se produjo el 23 de agosto de 1923.
Quizás sea una fuga muy conocida o probablemente en la memoria ciudadana se confundan varias fugas en ella, ya que fugas hubo varias. Pero ésta, la de 1923, fue, de lejos, la más atrevida y comentada.
En algún sentido era una hazaña fugarse de la Penitenciaría Nacional. Se erguía donde hoy está el parque Las Heras (Las Heras, Coronel Díaz, Juncal, Salguero) y ocupaba toda su extensión. Era una institución muy adelantada para su época y de estructura imponente. Baste saber que sus muros exteriores tenían siete metros de alto y un espesor, en la base, de ¡cuatro metros! Nada menos.
Este edificio fue inaugurado en mayo de 1877, cuando su emplazamiento estaba en las afueras de la ciudad y comenzó a ser demolido en septiembre de 1961 cuando el crecimiento urbano ya había convertido al lugar en céntrico. (Para quienes deseen conocer más de la Penitenciaría recomiendo la página www.spf.gov.ar).
No detallemos esa fuga, ya historiada por gente calificada. Sólo recordemos que un grupo de convictos cavó durante un año un túnel a casi dos metros de profundidad y de veinticuatro de largo que alcanzaron para pasar bajo los muros y llegar a la calle Juncal. Finalmente huyeron sólo catorce internos, por razones que no están totalmente claras. Unos dicen que un guardia advirtió la huida y obligó a punta de fusil a Adolfo Wolff, el decimoquinto en aparecer en la calle, a reingresar al túnel poniendo fin a la escapada. Otros afirman que uno de los que intentaba evadirse quedó trabado en el túnel y además de quedar “adentro”, se ganó el apodo de “Tapón”…



La fuga llevada al cine

Este hecho que recordamos fue la base del libreto de un film argentino, “La Fuga”, dirigido por Eduardo Mignogna y estrenado en 2001.
La muy buena película tiene algunas licencias –sino poéticas, cinematográficas- disculpables en beneficio del necesario impacto. Las excelentes actuaciones de Miguel Ángel Solá, Ricardo Darín, Gerardo Romano, Patricio Contreras, Arturo Maly, Alejandro Awada y Vando Villamil entre otros roles protagónicos contribuyeron a darle a la película, merecidamente, público y renombre.
Y aunque Villa Devoto no aparece en el film (y no tenía por qué aparecer) recordemos que fue escenario –protagonista en alguna forma- del otro extremo de la historia, cuando la fuga concluyó. Al menos, para uno de “los catorce”.





(Publicada originalmente en www.barriada.com en enero de 2013)

Fuentes:
*Recortes periodísticos de «La Acción» del 12/2/24 y «Crítica” y «Última Hora» del 13/2/24.

*www.spf.gov.ar

jueves, 14 de noviembre de 2019

PLAZA GENERAL BENITO NAZAR

PLAZA GENERAL BENITO NAZAR

Por Eduardo Horacio Bolan



En Villa Crespo no abundan las plazas y los parques no existen, de ahí la importancia de este espacio urbano hecho plaza para disfrute y lugar de reunión de vecinos de todas las edades. En los últimos años se supo aprovechar en el barrio espacios libres para hacer plazoletas.

UN POCO DE ETIMOLOGÍA, DIFERENCIAS E HISTORIA

El término “plaza” proviene del latín, platea, que significa calle ancha, patio, corral. Se diferencia del vocablo “parque”. Esta palabra proviene del francés parc, para indicar terrenos o sitios cercados para plantas o para caza cercanos a una población. En un sentido más moderno la plaza es un sitio para que se desarrollen todo tipo de actividades, incluso comerciales, mientras que los parques tienen el destino de jardines, prados, son para esparcimiento. Las plazas, en nuestra Ciudad de Buenos Aires, se originan de los “huecos” que eran lugares utilizados por carros y puesteros que vendían sus mercaderías hacia el Virreinato y los años de las luchas por la Independencia. Bajo la presidencia de Bernardino Rivadavia (1826/27) se mejora el ejido urbano.



PLAZA GENERAL BENITO NAZAR

Se encuentra en la zona sur del barrio de Villa Crespo, próxima al límite con el barrio de Caballito (Av. San Martín y Av. Gallardo), cerca de la estatua del Cid Campeador. Su superficie es de una manzana urbana (90 m2 aproximadamente) y está ubicada entre las arterias Antezana, Apolinario Figueroa, Olaya y Valentín Virasoro. Es visitada por numeroso público de todas las edades. En su centro se encuentran instalados juegos modernos para disfrute de los niños y al lado de este sector se yergue un mástil para albergar a la bandera nacional. Numerosas actividades barriales se celebran en esta plaza. Esta manzana descripta fue donada a la entonces Municipalidad de Buenos Aires por la familia Nazar para la instalación de una plaza. En el año 1928 se comenzó con la planificación de la obra, la cual fue inaugurada al año siguiente por el entonces intendente de la Ciudad don José Luis Cantilo. Enfrente de esta plaza, en Antezana 340, se encuentra la Asociación Vecinal General Benito Nazar (fundada el 23 de febrero de 1927) también en terrenos que fueran propiedad de la familia Nazar. En sus instalaciones funciona la “Biblioteca Popular Gral. Benito Nazar”. Asimismo y siempre para honrar al General Nazar, sus descendientes donaron los terrenos para construir el actual Colegio “Benito Nazar” sito en Av. Estado de Israel 4230 (casi esquina Estado de Palestina) pero ubicado enfrente a Villa Crespo, en el barrio de Almagro.

¿QUIÉN FUE EL GENERAL BENITO NAZAR?

Criollo de nacimiento, padre español y madre santafecina, José Benito Nazar La Palma nacido en 1801 en Buenos Aires siguió la carrera militar. Su hermano mayor, Joaquín, fue a quien le cupo la gloria de pelear por la Independencia e integrar el Ejército de los Andes del gran Capital José de San Martín. Benito Nazar integró el Regimiento de Artillería de Buenos Aires como oficial en 1812 y participó en las guerras civiles que fueron dividiendo al país. En 1825 es llamado a combatir en la Guerra del Brasil luchando heroicamente en Ituzaingó (20 de febrero de 1827), siendo ascendido en el mismo campo de batalla, ya que la artillería había desempeñado una acción muy importante ocupando el centro de la contienda. El 1833 apoyó al gobernador Juan Ramón Balcarce quien finalmente fue derrotado en la Revolución de los Restauradores (1833) que diera paso a una nueva gobernación (1835-1852) de Juan Manuel de Rosas que asume con “facultades extraordinarias” y la “suma del poder público”. De la vida civil de Benito Nazar se sabe que se casó con María Dorotea Yaniz Zemborain (1808-1876). De este matrimonio nacieron doce hijos. En 1849 el matrimonio compra terrenos en lugares muy alejados del centro de Buenos Aires (hoy Villa Crespo) cuando ni siquiera había quintas de italianos. Adquieren esos terrenos que son los que luego sus descendientes, en especial sus hijas Agueda e Inés (la última de los doce hermanos) donan a la Comunidad para recordar a su padre. La vida de Benito Nazar continúa paralela a las vicisitudes de la historia argentina, hasta que fallece en 1886.




LA IMPORTANCIA DE LA PLAZA

Los inicios de Villa Crespo o la Circunscripción 15º o Parroquia de San Bernardo fueron con plaza. Así lo dejó registrado el vecino Guido Bresan en su testimonio recogido por el historiador villacrespense Cayetano Francavilla donde recuerda que hacia comienzos del siglo XX (1900/04) en la manzana de Gurruchaga, Serrano, Murillo y Muñecas, o sea justo enfrente a la Iglesia de San Bernardo, se encontraba la “Plaza Crespo”. A los pocos años ya nada quedaba de ella, ni restos ni vestigios, solo un vago recuerdo. Otro caso es el de la plaza que no fue. Al ser demolida la emblemática Curtiembre, que ocupaba la manzana Gurruchaga, Padilla, Serrano y Murillo, todo hacía esperar que allí se instalara la Plaza del barrio de Villa Crespo, pero no se concretó lo pedido por los vecinos y lo aprobado por las autoridades municipales, finalmente fueron construídas tres torres las llamadas “Torres Jardín”. Es, por lo dicho, que merece destacarse la existencia de la “Nazar”. Además de las ya especificadas actividades sociales que se desarrollan en la plaza merece ser resaltado este espacio verde, pues el barrio de Villa Crespo no dispone de muchos terrenos de estas características, a decir verdad casi ninguno. Tan solo la Plaza 24 de setiembre (llamada así en honor a la Batalla de Tucumán) que se encuentra muy cerca de la Nazar. En los últimos años se han incorporado al barrio algunas plazoletas, tratando de sumar así más “verde” en el espacio de cemento villacrespense.







domingo, 27 de octubre de 2019

ESCUELA “TOMASA DE LA QUINTANA DE ESCALADA”

ESCUELA "TOMASA DE LA QUINTAN DE ESCALADA"

Por Eduardo Horacio Bolan










Nacida en el actual barrio de Almagro muy pronto se afincó en el de Villa Crespo.

La escuela abrió sus puertas el 22 de abril de 1887 en un edificio sobre la calle Corrientes entre las arterias Almagro (hoy Francisco Acuña de Figueroa) y Vélez Sarsfield (hoy Gascón) gracias a la iniciativa de los vecinos de la zona liderados por don José Luis Fagés.
En ese entonces era la única escuela estatal en esos parajes ubicados en el llamado “barrio Lezica” (que hoy integra el barrio de Almagro). Pertenecía a la provincia de Buenos Aires y muy pronto, en 1888, pasó a integrar el Partido de San José de Flores el cual fue incorporado a la Capital Federal y por ende la escuela.

EL BARRIO DE ALMAGRO HACIA 1887
 Las casas habitadas se extendían, hacia las últimas dos décadas del siglo XIX, desde el “centro” de la Ciudad hasta el camino que hoy comprenden las calles Medrano y Castro Barros.
Eran casas quintas. Más allá, hacia Villa Crespo, las casas eran más esporádicas, el terreno se vestía de arboledas, sementeras, hornos de ladrillos, plantíos de verduras y quintas con propietarios de origen italiano.
La expansión habitacional comenzó con la circulación del tranvía de tracción a sangre (caballos) muy pronto reemplazados por el tramway de los hermanos Julio y Federico Lacroze.

COMIENZOS DE LA ESCUELA
En el año de su inauguración, en la escuela se anotan 201 alumnos y depende de la provincia de Buenos Aires. La primera Directora es la Srta. Juana Rafaela Vallejo, su sueldo es abonado por la Provincia mientras que el de los maestros y demás erogaciones propias de la institución son solventados por don José Luis Fagés.
Con la Ley de Capitalización (1888) pasa a depender del Consejo Nacional de Educación y es inscripta como Escuela Infantil Nº 12 de la Circunscripción Escolar 15.
Con el comienzo del siglo XX se traslada al incipiente barrio de Villa Crespo (por aquellos años también denominado San Bernardo o Circunscripción 15º). Se ubica sobre un terreno que fuera propiedad de Salvador Benedit Eyherabide (1848-1904) en Triunvirato (hoy Av. Corrientes) cercano a la esquina con Malabia. El 4 de junio de 1910 se le impone el nombre “Tomasa de la Quintana de Escalada”.

Fachada de la escuela

¿QUIÉN FUE TOMASA DE LA QUINTANA de ESCALADA?
Tomasa de la Quintana nace en la ciudad de Buenos Aires en 1766. Hija de José Ignacio de la Quintana, militar de carrera, y de Petrona Aoiz y Larrazábal.
Su hermano es  Hilarión de la Quintana, también militar, nombrado segundo de Santiago de Liniers en la Reconquista (1806) y sabe luchar junto a San Martín en las batallas de Chacabuco (1817) y Maipú (1818) por la Independencia de Chile.
Doña Tomasa, con veinte años se casa con don Antonio José de Escalada con quien tiene cuatro hijos. Los dos varones, Manuel y Mariano, luchan a favor de la causa revolucionaria. Luego vendrán María de los Remedios Carmen Rafaela Feliciana (1797- 1823), que será la esposa del General José de San Martín, y, por último, Nieves.
Durante la gesta de Emancipación la residencia del matrimonio Escalada, ubicada en la calle Victoria (actual Hipólito Yrigoyen) y Defensa, es centro de actividad revolucionaria y Tomasa es nombrada Presidenta de la Sociedad Patriótica, aportando dinero para la compra de material bélico.
A la muerte de “Remeditos”, Tomasa es la encargada de darle la educación a su nieta Mercedes hasta que San Martín regresa de su gesta libertadora y se hace cargo de su hija, partiendo ambos a Europa. Tomasa fallece en 1841. En el año 1910 se acuña una medalla en su honor.

Tomasa de la Quintana de Escalada

LA ESCUELA HOY
En 1921 pasa a pertenecer a la C.E. (hoy Distrito Escolar –D.E.-) 7º Nº 1. La primera construcción consta de planta baja y 1º piso. Es en 1944 cuando se inaugura el 2º piso gracias a la iniciativa del presidente del C.E. 7º don Ernesto Padilla. 
La construcción se pudo concretar por las donaciones en dinero efectuadas por los vecinos del barrio. Es la estructura que presenta hoy día, tres plantas: la baja y dos pisos.
Es una escuela primaria de jornada completa con intensificación en Artes. Está ubicada en Av. Corrientes 5332 y se han agregado materias tales como teatro, danza, medios audiovisuales, también ha incorporado nuevas actividades como natación y ajedrez. Tiene biblioteca escolar denominada “Baldomero Fernández Moreno”.

DETENERSE UN MOMENTO Y MIRAR
Para aquellos que transitan por Av. Corrientes al 5300, casi esquina Malabia, les será interesante saber que en tres inmuebles encuentran gran parte del pasado de Villa Crespo.
Al 5340 se halla el Cuartel 6º de Bomberos, edificado sobre un terreno donde habitara don Salvador Benedit, figura emblemática del surgimiento del Barrio y hoy injustamente olvidado. A su lado, en 5332, se encuentra la Escuela “Tomasa de la Quintana de Escalada” también edificada sobre un terreno perteneciente a Benedit y con una historia educativa más que centenaria.
En esta trilogía edilicia ubicamos al que fuera el Cine “Rívoli”, debemos subir la mirada para ver su antigua fachada, en el 5312 de la Av. Corrientes (anteriormente Triunvirato 614/6). 



De izquierda a derecha: cine "Rívoli", 
Escuela Tomasa de la Quintana de Escalada
y estación de Bomberos








domingo, 6 de octubre de 2019

Remigio Iriondo, un villacrespense

REMIGIO IRIONDO, un villacrespense




Por Marcelo J. Bourdeu







Es un desconocido para el vecino de hoy, a pesar de haber hecho mucho por la gente, por el barrio de Villa Crespo y por la ciudad. Desarrolló múltiples actividades, pero por sobre todo fue un vecino emprendedor, miembro activo de muchas instituciones barriales y zonales que, en su época, tenían una enorme utilidad social. Más aún que hoy, en que las llamaríamos ONG.

Villacrespense, pero por su obra, no por su cuna, ya que nació en San Telmo, el 15 de marzo de 1872. En 1896 se radicó en el barrio de San Bernardo (para los que se pregunten ¿”San Bernardo, dónde queda”?, recordemos que ese fue el lindo nombre original de Villa Crespo). Entre nosotros, entonces, fue que Don Remigio llevó a cabo la mayor parte de su obra. Que fue mucha, variada y positiva.

Docente de vocación
Maestro de profesión y con una vocación que duró lo que su vida, fue a desempeñarse a su primera escuela, en Thames y Aguirre. Trabajaba allí, cosas de la vida, una joven colega llamada Julia Nieves Brown y sí, ya imaginan ustedes… tiempo después se casaron. Con los años, fueron padres de siete hijos, cantidad importante aún en esos años de familias numerosas.

En 1897, fundó en su domicilio, Serrano 661-665, el Colegio “Salvador”. Ese nombre fue un homenaje al principal vecino precursor del barrio, don Salvador Benedit, otro olvidado. Hasta hace un tiempo, en ese predio del colegio y domicilio de Iriondo, hubo una placa en lo recordaba. En 1930, exalumnos del Colegio Salvador fundaron en Velazco 870 un equipo de futbol de estudiantes, al que llamaron "Club Remigio Iriondo", que desapareció hacia 1935.

Intensa actividad comunitaria
En 1898 Iriondo asumió como secretario del "Centro de Socorros Mutuos Villa Crespo", para ocupar luego el mismo cargo en "Los Amigos Unidos de Villa Crespo". En 1903 fundó la "Asociación de Fomento Maldonado", de la que fue elegido presidente. Esta institución fue luego rebautizada "Asociación de Fomento Defensa Vecinal" y años después, recibió, con justicia, el nombre de "Asociación de Fomento Remigio Iriondo".

En 1904 fue nombrado alcalde de la sección 31ª, que incluía a nuestro barrio. Entre 1915 y 1918 fue secretario y presidente de las Comisiones Municipales de Higiene de las circunscripciones 15a. y 18a. y de 1932 a 1934 miembro de los Distritos Escolares VII y XIII. Desde 1921 a 1924 fue concejal (equivalente a los actuales legisladores de la ciudad) por el Partido Demócrata Progresista. 
Anécdota futbolera, y bohemia: le tocó presidir, como concejal, una comisión del Concejo Deliberante (hoy Legislatura de la Ciudad) que el 30 de julio de 1922 asistió a la inauguración del estadio de Atlanta. Como concejal trabajó también en varios otros barrios de Buenos Aires, como Chacarita, Palermo y Villa Talar, este último, hoy desaparecido legal mente.

Iriondo integró en 1928, la "Comisión Popular Pro-Subterráneo Lacroze" con el objetivo –que sabemos se logró- de movilizar a los vecinos, es especial a los de Villa Crespo, para apoyar la prolongación del subterráneo hasta el Obelisco.

Nuestro conocido arroyo Maldonado serpenteaba agazapado por la franja de Juan B. Justo y Thames. De caudal modesto, crecía en ocasiones. A veces, muchas, salía de su cauce e inundaba todo, con importantes daños humanos y materiales. En 1924, nuestro inquieto Don Remigio propuso limpiar el arroyo y aumentar su profundidad para hacerlo límpido y navegable. Deseaba convertirlo en un curso de aguas apto para el transporte comercial y la recreación, con sus costas cubiertas de parques. Se proponía también solucionar la falta (¡ya en ese entonces!) de espacios verdes, reducir la congestión del tránsito urbano y embellecer la zona. ¡Hubiese sido lindo! Pero, lamentablemente, el proyecto de Iriondo, tampoco se concretó.

Remigio Iriondo estuvo vinculado activamente con la Biblioteca Popular Alberdi, fundada el 8 de julio de 1910 con el nombre de "Biblioteca Popular de San Bernardo" durante cerca de treinta años, fue su secretario y luego presidente en el período 1934-1940. En 1948, la Asamblea de esta institución lo nombró socio honorario.

Un grupo de vecinos aficionados al box decidieron crear en el barrio de Villa crespo un club de ese deporte. Iriondo colaboró hasta permitirles el uso de su domicilio, instalando el ring en uno de los patios. No sabemos qué pensó la Sra. de Iriondo, pero debemos creer que no se opuso. En retribución, los deportistas llamaron a la entidad "Boxing Club Iriondo". Fue de los mejores en su tipo y pasaron por él figuras de renombre: un campeón panamericano de 1926; y un peso pesado que participaría en los Juegos Olímpicos de 1936, entre otros. No conocemos aún las fechas de fundación y desaparición del club, pero de las historia de otros barrios surge que, entre otras competencias, participó en un certamen interclubes organizado por el Club Policial, en abril de 1925.

Iriondo ejerció también la presidencia del "Club Social de San Bernardo", fundado en 1912 y hacia 1930 fue designado “socio honorario benemérito” del recordado "Club Los defensores de Villa Crespo", fundado en junio de 1900.

Ocupado también por la salud de la gente, Iriondo dio firme apoyo a la fundación de la "Liga Argentina contra la Tuberculosis – Comisión Villa Crespo" llamada luego "Dispensario Dr. Eduardo Wilde", y en 1965 "Liga Argentina Médica Asistencial de Villa Crespo", nombre con el cual continúa llamándose hoy.

Colaboró también con varias publicaciones periodísticas de la época, como "El independiente", "El Tribuno" y "El Látigo". En el semanario villacrespense "El Progreso" fue sucesivamente cronista, secretario de redacción, subdirector y director.

Fiel a su vocación docente, escribió obras teatrales para niños, con gran aceptación.

Remigio Iriondo falleció en Buenos Aires en 1948, a los 76 años de edad.

domingo, 8 de septiembre de 2019

ANTONIO ZAMORA Y SU EDITORIAL "CLARIDAD"



ANTONIO ZAMORA Y SU EDITORIAL "CLARIDAD"














Eran los años (1916-1922) de jóvenes veinteañeros recientemente llegados al país que erigieron editoriales para que el gran público pueda acceder a libros económicos y de calidad intelectual. Es el caso de Juan Carlos Torrendell, con su Editorial “TOR”, y de Manuel Gleizer. A ellos se agrega Antonio Zamora, el andaluz nacido en 1896, fundador de la Editorial “Claridad”Antonio Zamora ya trabaja en el diario “Crítica” cuando realiza un cálculo matemáticoque potencia sus ansias de publicar. Leyendo “Mi confesión” del escritor ruso Lev“León” Tolstói le surge la idea que, sin duda, estaba allí, próxima a surgir. Era un libro de 380 páginas, contando las líneas repara en que podía confeccionar una revista de 32 páginas a doble columna.  

Editorial "Claridad"
Ese es el germen de la Editorial “Claridad” que se constituye legalmente el 30 de enero de 1922. Zamora tiene 25 años de edad. A diferencia de otras editoriales fundadas por esos años, Zamora no quiso denominarla con su nombre y apellido (tal el caso de la Editorial Manuel Gleizer) ni con el apócope de su apellido (Editorial TOR llamada así por Juan Carlos Torrendell), quiso que fuera conocida como “Claridad”. Este nombre lo toma prestado, con carta de aprobación que lo avalaba para hacerlo, del movimiento intelectual “Clarté”, nombre imaginado por Henri Barbusse, quien fuera escritor, periodista y activo militante del Partido Comunista francés (1873-1935).
Muy pronto, la nueva Editorial comienza a publicar “Los Pensadores” una “colección de obras selectas que Ud. puede tener (…) a precios populares”. Aquí se dan cita las obras de Leopoldo Lugones, Amado Nervo, Rubén Darío, Evaristo Carriego y la lista sigue. En su mayoría escritores argentinos pero también internacionales y en especial con ideales de izquierda. Veinte centavos ($ 0,20) es el importe que hay que abonar por cada ejemplar.
Puede compararse su precio con el viaje en tranvía de entonces que costaba doce centavos y con el café con leche completo, cincuenta centavos. Precio accesible a todo aquél que quisiera leer obras de calidad en un papel económico.  
La continuidad editorial se da con el reemplazo de “Los Pensadores” por una nueva publicación: “Claridad”. Aquí también se deja en claro que era una “Revista de Arte, Crítica y Letras, Tribuna del Pensamiento Izquierdista”. Zamora tiene el don de ser un empresario visionario, oportunidad que llega no la desperdicia, hace cálculos y procede. Lo demuestra con su habilidad al adquirir maquinarias para imprimir en forma económica.
El claro ejemplo es cuando se le acerca otro inmigrante, el empresario alemán Kurt Berger, dueño de Grafex S.A. empresa importadora de materiales para imprentas e industrias gráficas. (Grafex S.A., hacia 1950, comienza a producir los cuadernos “Gloria”, producto que todavía hoy se puede encontrar en las librerías). Berger le ofrece el pago en cuotas de la maquinaria linotipia (inventada en 1885 por Ottmar Mergenthaler) con la cual se componen los textos tipográficos y facilitan la composición de un texto para ser impreso.  
Zamora hace los cálculos matemáticos de cuánto dinero paga por utilizar en alquiler esa máquina y cuánto es el importe a pagar en cada cuota. Este hombre que se hizo así mismo en nuestro país no lo duda, cierra el trato. Pagará la máquina con las ganancias de las ventas de las revistas y los libros editados.

Antonio Zamora, que llegó a nuestro país (en 1912) con 16 años en busca de su padre al cual nunca pudo hallar (se decía en su familia, en voz baja, que seguramente se había suicidado) y que pudo pagar los pasajes para traer de España a su madre y a sus hermanos, no logró la dicha con las familias que él formó.

Se casó en tres oportunidades y, al menos, en sus dos primeros matrimonios no alcanzó la felicidad conyugal. Así lo recuerda Anabel, una de sus hijas de su segundo matrimonio, quien fuera entrevistada por el director de TV y escritor Mario Bellichio. Anabel, lo rememora como un padre ausente, siempre pendiente de “Claridad”, de editar sus revistas y libros.
A pesar de estar separado siempre iba de visita “a la casa de Bernal” donde habitaba su primera esposa y las dos hijas de ambos. A pesar de haberse casado sin amor (se decía en voz baja que lo había hecho por una promesa realizada) siempre volvía, una y otra vez.
Quizá pesaban sobre él esas obligaciones impuestas desde niño cuando veía partir a su madre al campo para parir un nuevo hermano y traerlo a casa envuelto en un delantal. Otra boca que alimentar y otro hermano que cuidar (Antonio era el mayor).
Quizá también recordara el sufrimiento del viaje hacia Argentina, no solo en barco, sino el que debió realizar desde su pueblo Huércal-Overa (Almería) hasta el barco que lo transportaría. ¿Habrá comido en esos cien kilómetros? ¿Habrá ido en lomo de mula o caminando? Lo que sí se sabe es que ese recorrido lo hizo solo, como tantos otros llegados a estas costas.

Hacia 1925 “Claridad” edita la colección de libros “Los Poetas” y así muchas más: “Lectura libre”, “Ciencias sociales”, “Grandes novelas”, “La tierra y el hombre”. Continúan los nombres destacados de autores: Pedro B. Palacios (Almafuerte), Israel Zeitlin (César Tiempo y también su creación “Clara Beter”), Roberto Arlt, Leónidas Barletta, Karl Marx, Stefan Zweig, Emil Ludwig y decenas más.

Antonio Zamora fallece en 1976. Hoy las ediciones de la revista “Claridad” están presentes gracias a la digitalización realizada por la Biblioteca Nacional y se encuentran en soporte papel en la Universidad de Cuyo. 

 por Eduardo Horacio Bolan

eduardobolan@gmail.com

ANTONIO ZAMORA, LA “CLARIDAD” DE UN LUCHADOR



ANTONIO ZAMORA Y LA CLARIDAD DE UN LUCHADOR







Antonio Zamora, español de nacimiento, argentino por adopción, socialista por  convicción, editor, luchador incansable. Pertenece a los creativos que, con sus  ediciones de libros accesibles a todo bolsillo, pudieron acercar al gran público obras  fundamentales de variados autores y temáticas.

Antonio Zamora Sánchez nace el 8 de mayo de 1896, en el pueblo de Huércal-Overa, Almería, Andalucía, España. Fue el primero de los seis hijos que tuvo el matrimonio compuesto por Matías Zamora Fernández y Antonia Sánchez Martínez.  
En 1912, con dieciséis años, cruza el Atlántico en busca de su padre del cual su madre, Antonia, solo sabía que un día había decidido dejar el villorrio para buscar nuevos horizontes en el Río de la Plata, en Buenos Aires.

Su viaje y llegada 
El recién inaugurado Hotel de Inmigrantes recibe a Antonio. Atrás había quedado el edificio anterior, el “rotondo” (inaugurado en 1888), la anterior construcción que daba  la bienvenida a los inmigrantes y más atrás en el tiempo (1881-1888) donde los recién llegados eran derivados a la calle Cerrito 1250. 
Atrás quedaba también la antigua edificación (1857) ubicada en la Av. Leandro N. Alem y Corrientes donde pisaron suelo argentino los primeros contingentes de inmigrantes.  Este nuevo Hotel de Inmigrantes, inaugurado en la presidencia de Roque Sáez Peña  (1910-1914), había sido construido entre 1906 y 1911 para recibir a los recién venidos,  en especial de Europa. Allí, en ese ámbito de paredes pobladas de azulejos blancos, se  les daba el primer albergue, comida y se los trataba de orientar y ubicar. 
Hoy esta  construcción está en pie y allí funciona la Dirección Nacional de Migraciones. 
Antonio viene con una misión: encontrar a su padre y, en lo posible, conseguir el dinero  suficiente para comprar los pasajes para su madre y hermanos hacia Buenos Aires. 
Llega “sin más prendas ni tesoros” que su fortaleza física y mental.  Lo único que sabe de su padre es que había conseguido un trabajo en la empresa  “Molinos Río de la Plata” (el edificio todavía se conserva y está ubicado en las actuales  calles de Juana Manso y Azucena Villaflor, barrio Puerto Madero). Allí se apersona y  ante su pedido es contratado. Nunca pudo encontrar a su padre. 
Con los años puede  comprar los pasajes para reencontrarse con su madre y todos sus hermanos.   

Sus primeros años en Buenos Aires
Comienza a trabajar y a estudiar. Muy pronto se alista en el Partido Socialista Argentino, el de Alfredo Palacios.  Dejaba atrás su primer contacto ideológico con el anarquismo.  
Muy capaz en todo lo que realiza consigue completar el estudio del secundario en horario nocturno al mismo tiempo que colabora en diversos periódicos: “La Defensa”, “La Montaña”, hasta llegar al diario “Crítica”, el del legendario Natalio Botana.  Allí, Antonio Zamora, encauza su camino periodístico. Uno de sus compañeros es Daniel Rosa. Ambos, con la osadía de la juventud fundan la “Cooperativa Editorial Claridad”. Es el 30 de enero de 1922. 
En Buenos Aires, un recién llegado, hijo de padres analfabetos ¡funda una Editorial! Cómo no recordar también a Manuel Gleizer (inmigrante proveniente de la Rusia zarista) con su Librería y su Editorial (fundada también en 1922) sobre Triunvirato (hoy Av. Corrientes) casi Canning. 

Vida privada
De la vida privada de Zamora poco se sabe. Se casó en tres oportunidades y tuvo cinco    hijos, cuatro mujeres y un varón. De la vida cotidiana en sus diferentes hogares se conoce gracias a la entrevista que Anabel Zamora, una de sus hijas, le concedió a Mario Bellocchio (director de TV y escritor).  
De todas formas su Vida, en su mayor medida, la vivió a pleno leyendo y siendo editor. 

Editorial "Claridad"
Su gran pasión. Es por eso que en sus matrimonios tuvo problemas y fue escaso el  contacto paternal para con sus hijos.  Solo un año Daniel Rosa acompaña a Zamora en la Editorial. Uno se aleja y otro llega.  Es ahí donde recibe el asesoramiento literario de un joven de veintiún años, el poeta  Gustavo Riccio (1901-1927). Como una esponja, Antonio, ya con veintiséis años lo  escucha y aprende todos los conocimientos que Riccio le brinda, literarios y musicales.  
Con los años Gustavo Riccio es rescatado del olvido por el historiador Norberto Galasso  en su obra “Los Malditos. La otra Historia Argentina”, Vol. IV)  Antonio Zamora, conocedor que los libros que se vendían en Argentina y en América  Latina provenían casi en su totalidad de España decide comenzar a publicar y el inicio  es la colección de libros económicos “Los Pensadores”.  Haciendo cálculos de cuántas líneas tenía el libro de 380 páginas que estaba leyendo  (“Mi Confesión” de Lev Tolstói) comprende que se puede publicar en una edición más  pequeña, de 32 páginas a dos columnas. Más económico, accesible a quien quiera  leerlo.  A partir de allí su pasión por editar no tiene freno, ni aun en tiempos difíciles. 

por Eduardo Horacio Bolan


eduardobolan@gmail.com

VILLA CRESPO Y SUS PUBLICIDADES DE ANTAÑO


VILLA CRESPO Y SUS PUBLICIDADES DE ANTAÑO

 






La publicidad no solo sirve para mostrar o vender un producto sino también es  reconocida como una manera de información.  Con la segunda revolución industrial, ya entrada la 2° mitad del siglo XIX (1870),  el surgimiento de las sociedades de masas se hace presente y con ello una  mayor demanda de productos. La publicidad es una forma de comunicar la  existencia de manufacturas o que pueden contratarse servicios. También para  recordar al público que existe ese artículo o que puede acceder a esa asistencia.     
Publicidad para ayudar.  También existe la modalidad de emprendedores que publicitan sus negocios y  sus habilidades para financiar, con el aporte de sus avisos, publicaciones  barriales orientadas a lo cultural y social. Negocios que se dan a conocer, a  mostrarse, a recordarle a los vecinos que lo que necesitan está muy cerca de sus  viviendas.

Antaño. Todo sucede dentro del Barrio, con sus farmacias, fábricas con obreros,  sastrerías, panaderías, bares, cines y teatros, profesiones, escuelas, bibliotecas.  Nada le falta a los vecinos en su Barrio, trabajan, compran productos,  consumen, se entretienen y divierten.
Hoy. El mismo espíritu pero en una sociedad muy globalizada.

Publicidades de ayer con valor actual
En el anuario por la celebración del 25° Aniversario de Biblioteca Popular  Alberdi (año 1935) nuestra hoy Av. Corrientes, en el tramo de Villa Crespo, se  denominaba Triunvirato. La Av. Raúl Scalabrini Ortiz era llamada Canning (hoy  también muchos vecinos así la siguen llamando). La telefonía era administrada  por la Unión Telefónica (U.T.) y la característica era 54 (luego se le agregaría un  8 adelante y más cerca en el tiempo un 4. También será suplantada la U.T. por  otras compañías telefónicas).
Gracias a esos aportes dinerarios de los comerciantes para que las entidades de  bien público hagan conocer lo actuado podemos conocer a nuestros vecinos y  sus negocios de ayer.
Un aviso muy vendedor afirma seguridad y calidad en su servicio:  “Ponga Ud. La novia. Nosotros le convertiremos su casa en un hermoso salón y  le regalaremos las Participaciones de enlace. Casa De Filpo, Triunvirato 764, U.T.  54-2844”.
El almacén, cervecería y fiambrería “La Primavera” de Antonio Redolatti estaba  ubicado en Vera 601.  Los Hermanos Matrajh con su fábrica de camisas de plancha, de gorras y  sombreros de brin ofrecían su ropería por mayor en Canning 381/391 y  contaban con ¡dos líneas telefónicas! UT 54-5237 y 4852.  
La oficina química y farmacia “Villa Crespo”, fundada en el año 1890 realizaba  esterilizaciones, análisis clínicos y microscópicos en Triunvirato 799, esquina  Gurruchaga. 

Importancia de los avisos
La significación de los avisos publicitarios tiene una importancia significativa y real para el momento en que se ofrece el producto o el servicio pero sigue conservando ese valor para la posteridad.
Los historiadores recurrimos a ellos  para conocer los negocios y denominación de sociedades y empresarios. Se puede inferir cantidad y gustos de los vecinos, cómo eran sus interrelaciones, cómo se abastecían y todo tipo de base de datos para realizar una historia de la localidad, del barrio.

Continuidad en la colaboración  
En el anuario de 1945 de la Biblioteca Popular Alberdi (35° Aniversario) podemos leer: “A todos aquellos que de una u otra manera han dado su franco y leal apoyo vaya nuestro sincero agradecimiento.”
Entre el detalle de instituciones y personas también se resalta: “Al comercio en general y en particular al de Villa Crespo.”    Seguimos encontrando todo tipo de publicidades.  El garaje, neumáticos y accesorios de la “Casa Maldonado” de León Dvoskin,  Corrientes 5846, UT 54-3300.  La fábrica de tejidos “Norma” de Ossipoff y Farji en Canning 690.  Chiappe y Durante con su ferretería, pinturería y sanitarios ubicada en Canning  388, UT 54-0183.
También profesionales ofrecen sus servicios.  Dr. Víctor Mario Fassi, cirujano dentista, Corrientes 5989.  Dr. Juan Félix García Crespo, bioquímico, Serrano 895.
La BP Alberdi agradece el esfuerzo económico y expresa en el anuario: “Apoye a los que con su aviso contribuyen a desarrollar la obra cultural de nuestra Biblioteca.” 

Para tener presente  
Hay quienes leen periódicos barriales, lo ojean y luego lo echan a la basura (si así fuera ojalá sea con un espíritu de reciclaje).
Están los que recortan solo lo que les interesa y  también los que guardan el ejemplar completo para releerlo y coleccionarlo.
Cualquiera sea la opción, o alguna otra, tenga presente que hoy se convertirá en ayer y muy pronto en objetos antiguos. Si se conservan (y ojalá en buen estado) serán de gran utilidad para aquellos que gustamos de dar valor a las pequeñas historias de vecinos desconocidos. 

 Por Eduardo Horacio Bolan

eduardobolan@gmail.com