domingo, 8 de septiembre de 2019

ANTONIO ZAMORA, LA “CLARIDAD” DE UN LUCHADOR



ANTONIO ZAMORA Y LA CLARIDAD DE UN LUCHADOR







Antonio Zamora, español de nacimiento, argentino por adopción, socialista por  convicción, editor, luchador incansable. Pertenece a los creativos que, con sus  ediciones de libros accesibles a todo bolsillo, pudieron acercar al gran público obras  fundamentales de variados autores y temáticas.

Antonio Zamora Sánchez nace el 8 de mayo de 1896, en el pueblo de Huércal-Overa, Almería, Andalucía, España. Fue el primero de los seis hijos que tuvo el matrimonio compuesto por Matías Zamora Fernández y Antonia Sánchez Martínez.  
En 1912, con dieciséis años, cruza el Atlántico en busca de su padre del cual su madre, Antonia, solo sabía que un día había decidido dejar el villorrio para buscar nuevos horizontes en el Río de la Plata, en Buenos Aires.

Su viaje y llegada 
El recién inaugurado Hotel de Inmigrantes recibe a Antonio. Atrás había quedado el edificio anterior, el “rotondo” (inaugurado en 1888), la anterior construcción que daba  la bienvenida a los inmigrantes y más atrás en el tiempo (1881-1888) donde los recién llegados eran derivados a la calle Cerrito 1250. 
Atrás quedaba también la antigua edificación (1857) ubicada en la Av. Leandro N. Alem y Corrientes donde pisaron suelo argentino los primeros contingentes de inmigrantes.  Este nuevo Hotel de Inmigrantes, inaugurado en la presidencia de Roque Sáez Peña  (1910-1914), había sido construido entre 1906 y 1911 para recibir a los recién venidos,  en especial de Europa. Allí, en ese ámbito de paredes pobladas de azulejos blancos, se  les daba el primer albergue, comida y se los trataba de orientar y ubicar. 
Hoy esta  construcción está en pie y allí funciona la Dirección Nacional de Migraciones. 
Antonio viene con una misión: encontrar a su padre y, en lo posible, conseguir el dinero  suficiente para comprar los pasajes para su madre y hermanos hacia Buenos Aires. 
Llega “sin más prendas ni tesoros” que su fortaleza física y mental.  Lo único que sabe de su padre es que había conseguido un trabajo en la empresa  “Molinos Río de la Plata” (el edificio todavía se conserva y está ubicado en las actuales  calles de Juana Manso y Azucena Villaflor, barrio Puerto Madero). Allí se apersona y  ante su pedido es contratado. Nunca pudo encontrar a su padre. 
Con los años puede  comprar los pasajes para reencontrarse con su madre y todos sus hermanos.   

Sus primeros años en Buenos Aires
Comienza a trabajar y a estudiar. Muy pronto se alista en el Partido Socialista Argentino, el de Alfredo Palacios.  Dejaba atrás su primer contacto ideológico con el anarquismo.  
Muy capaz en todo lo que realiza consigue completar el estudio del secundario en horario nocturno al mismo tiempo que colabora en diversos periódicos: “La Defensa”, “La Montaña”, hasta llegar al diario “Crítica”, el del legendario Natalio Botana.  Allí, Antonio Zamora, encauza su camino periodístico. Uno de sus compañeros es Daniel Rosa. Ambos, con la osadía de la juventud fundan la “Cooperativa Editorial Claridad”. Es el 30 de enero de 1922. 
En Buenos Aires, un recién llegado, hijo de padres analfabetos ¡funda una Editorial! Cómo no recordar también a Manuel Gleizer (inmigrante proveniente de la Rusia zarista) con su Librería y su Editorial (fundada también en 1922) sobre Triunvirato (hoy Av. Corrientes) casi Canning. 

Vida privada
De la vida privada de Zamora poco se sabe. Se casó en tres oportunidades y tuvo cinco    hijos, cuatro mujeres y un varón. De la vida cotidiana en sus diferentes hogares se conoce gracias a la entrevista que Anabel Zamora, una de sus hijas, le concedió a Mario Bellocchio (director de TV y escritor).  
De todas formas su Vida, en su mayor medida, la vivió a pleno leyendo y siendo editor. 

Editorial "Claridad"
Su gran pasión. Es por eso que en sus matrimonios tuvo problemas y fue escaso el  contacto paternal para con sus hijos.  Solo un año Daniel Rosa acompaña a Zamora en la Editorial. Uno se aleja y otro llega.  Es ahí donde recibe el asesoramiento literario de un joven de veintiún años, el poeta  Gustavo Riccio (1901-1927). Como una esponja, Antonio, ya con veintiséis años lo  escucha y aprende todos los conocimientos que Riccio le brinda, literarios y musicales.  
Con los años Gustavo Riccio es rescatado del olvido por el historiador Norberto Galasso  en su obra “Los Malditos. La otra Historia Argentina”, Vol. IV)  Antonio Zamora, conocedor que los libros que se vendían en Argentina y en América  Latina provenían casi en su totalidad de España decide comenzar a publicar y el inicio  es la colección de libros económicos “Los Pensadores”.  Haciendo cálculos de cuántas líneas tenía el libro de 380 páginas que estaba leyendo  (“Mi Confesión” de Lev Tolstói) comprende que se puede publicar en una edición más  pequeña, de 32 páginas a dos columnas. Más económico, accesible a quien quiera  leerlo.  A partir de allí su pasión por editar no tiene freno, ni aun en tiempos difíciles. 

por Eduardo Horacio Bolan


eduardobolan@gmail.com

1 comentario:

  1. Muy bueno recordar a Zamora y a la editorial Claridad. Una entidad pionera y señera, de las editoriales (sin menospreciar a ninguna) "de antes", que educaron, instruyeron y entretuvieron a buena parte de los argentinos.

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