martes, 8 de diciembre de 2020

VILLA TALAR: INFORMACIÓN SOBRE UN BARRIO QUE NO EXISTE MÁS (Parte VII y última)

 

Un aporte sobre los orígenes y primeros años de un barrio casi desaparecido de Buenos Aires

VILLA TALAR: INFORMACIÓN SOBRE UN BARRIO QUE NO EXISTE MÁS

 Por Marcelo J. Bourdeu


Parte VII (y última)

 Hasta llegar a 1927

 Como se explicó anteriormente, este aporte a una hipotética historia de Villa Talar se origina en dos álbumes familiares de recortes periodísticos. Ese hecho  señala el principal límite de estas notas. Me refiero a su existencia relativamente debida al azar, porque llegaron al día hoy solamente los recortes que sobrevivieron a distintas circunstancias, voluntarias o involuntarias: los que fueron elegidos, los que no se extraviaron, los que fueron efectivamente pegados, etc. Finalmente los álbumes mismos que superaron mudanzas numerosas y siempre temibles, desde los comienzos del primer álbum, en el año 1905, hasta este fin de 2021 (Ciento dieciséis años, que no es poco). Quedó lo que quedó.

Luego -y eso es el otro límite- con los mejores criterio e intención se han trascripto, comentado o parafraseado lo que de esos álbumes se pensó más interesante.   

 Así, con saltos obligados y omisiones seguramente importantes, seguimos este pequeño viaje. 

Existe un recorte que no tiene indicación de medio ni de fecha, pero su contenido permite ubicarlo -aunque sin certeza- en el año 1925. Me parece interesante por un doble motivo. Uno de ellos es que, en coincidencia con un plan oficial, plantea la posibilidad de un proyecto urbanístico e inmobiliario en Villa Talar.

No es fácil para un argentino de hoy –integrante de la que se ha llamada "sociedad de la sospecha"- separar la expresión fría y precisa "proyecto inmobiliario" vinculado con el espacio público de la idea casi automática de algo que suscita prevención, de una acción especulativa contraria al bien común, de un negociado con varias y altas complicidades. Ignoramos de toda forma qué hubiese ocurrido en Villa Talar y en Buenos Aires, porque el proyecto urbanístico e inmobiliario finalmente no se concretó.

Además la anécdota llama a la reflexión sobre el defecto argentino de planear -a veces muy bien- pero ejecutar poco y lentamente.

Ampliemos lo que cuenta el recorte adjunto. El Intendente Municipal Carlos M. Noel, deseaba establecer un plan regulador de la ciudad de Buenos Aires y, en su marco, ocuparse por la cantidad y calidad de los espacios verdes. Contaba con el asesoramiento de una "Comisión de Estética Edilicia" y desde luego con el de los organismos pertinentes como la Dirección de Parques y Jardines. Esta dirección estaba entonces a cargo nada menos que del célebre Charles Thays, arquitecto, urbanista, paisajista, naturalista, escritor y periodista, de vasta y perdurable obra en todo nuestro país.

En este contexto, se decide contratar al ingeniero francés Jean Forestier para que estudie el tema. Este profesional tenía gran experiencia en el tema habiendo ya trabajado en grandes parques europeos, colaboró en el proyecto de la Costanera Norte porteña y proyectó la instalación del Parque o Patio Andaluz (donado por el Ayuntamiento de Sevilla) en el Parque Avellaneda. (Proyecto que, como sabemos, no se concretó, ya que el Parque o Patio es hoy la entrada al Rosedal de Palermo).

El aspecto que nos concierne es que en algún punto de su informe, Forestier recomendó al Intendente la mudanza del Jardín Zoológico de Buenos Aires, ubicado entonces como hoy, formando un conjunto con el Jardín Botánico y el Parque 3 de febrero.

 


Aquí es donde, en conocimiento de la recomendación de Forestier, aparece la sugerencia de la Asociación de Fomento de Villa Talar de instalar el zoológico en las cuarenta hectáreas del  Parque Agronómico, considerando que la ubicación de la Facultad de Agronomía y Veterinaria en un lugar “tan céntrico, no tiene razón de ser". Como puede leerse en el recorte, la sugerencia no se agotaba allí, ya que se proponía acompañar al reubicado zoológico con campo de deportes, hotel, restaurant y un largo etcétera.

Sabemos que la sugerencia no fue atendida. Esto nos permite especular acerca de si, en caso de haberse escuchado, hubiese generado en la opinión pública aceptación o rechazo o qué grado de polémica. Tampoco podemos saber si hubiese resultado positivo o negativo para la ciudad. Los más amantes del debate están libres para hacer ejercicios de historia contra-fáctica, o sea analizar los pros, los contras y las probables consecuencias de aquello que no ocurrió.

El Talar recibió al año 1925 con festejos en la plaza de Lacar y Helguera "iluminada profusamente" (¿cómo sería el "profusamente" de entonces?) y adornada con buen gusto. Se instalaron quioscos que fueron atendidos "por señoritas de la villa". El público asistente fue mucho y la fiesta fue amenizada por una numerosa orquesta. Parece ser que el ánimo general era bueno, ya que se preveía continuar la fiesta el sábado y domingo siguientes ("La Prensa" 5/1/1925).

No poseo ninguna otra información sobre 1925. Ante esa carencia solamente pueden hacerse presunciones sobre la base de hechos ciertos en el ámbito nacional. Se estaba promediando el lustro 1922 - 1927 que correspondió a la bastante tranquila presidencia de Marcelo T. de Alvear, con orden, cierto progreso y (¡oh, tiempos!) el peso moneda nacional entre las monedas fuertes del mundo. 

*******

El 15 de junio de 1926 el presidente de la A.F.V.T. fue oficialmente designado comisario de la sección 16a. de la Policía de la Capital, dejando de ejercer similares funciones en la 45a. con jurisdicción sobre Villa Devoto, Villa de Parque y Villa Talar.

 



A diferencia de otras oportunidades, en ésta el traslado implicó una mudanza, aunque no fue inmediata. El apego a la zona perduró en la familia, que años después se instaló en Villa del Parque (Terrada 3161) y en Devoto (Pareja 4270). 

Con motivo de su alejamiento, fue objeto de un agasajo que sin duda alguna lo llenó de satisfacción.

Si la mudanza no fue inmediata, tampoco lo fue el abandono de sus funciones en la Asociación de Fomento. Así, en febrero del año siguiente, 1927, se lo ve participando de un día de festejo al "estilo criollo", una fiesta campestre que la A.F.V.T. organizó en el parque de la Agronomía. 

(Es de notar que “la Agronomía”, como de la conocía popularmente, aunque formaba parte de Villa del Parque, que de ahí tomó su nombre, estaba integrada también a la vida cotidiana de Villa Talar y era ni más ni menos eso, un gran parque).

 


 

Un buen asado, preparado "por entendidos", buena y numerosa compañía (alrededor de doscientos vecinos), excelente clima humano, todo debe haber resultado muy grato. También seguramente al presidente de la entidad organizadora, quien estaba ya en su último mandato. Comparado con todo eso, nada debe haberle importado que la "Revista Almacenera", en la nota que se exhibe, destrozase su apellido...

 

Sin lugar a dudas, en octubre de 1927 la A.F.V.T. tenía ya otro presidente. Lamento no conocer su nombre, ni la composición de la nueva comisión directiva.

Consta sí, en un recorte sin referenciar, que esa nueva comisión directiva de la A.F.V.T. -u otra posterior- nombró al ex vecino Julián Bourdeu socio honorario, distinción con la que seguramente se sintió muy honrado.

 


 

*******

 

Por falta de fuentes, debe terminar aquí este pequeño viaje por la historia de Villa Talar.

 

Confío en haber podido demostrar (o quizás, dado el tiempo transcurrido, revelar) que Villa Talar existió como barrio, como una unidad poblacional concreta y diferenciada de la ciudad de Buenos Aires. Estuvo a veces algo confundida con Villa Devoto y hasta denominada "Villa Devoto Norte", pero existió, distinta de otros barrios mencionados en los recortes en nuestro poder. En ellos, además logicamente del propio Talar, sólo se nombra como barrios vecinos a Villa Devoto, Villa del Parque y ocasionalmente a Villa Urquiza y Chacarita. No existía entonces en esa zona noroeste de la ciudad ningún otro barrio aparte de los nombrados.

 

 

---------------------

 

Lo que hasta ahora ha publicado "Por los barrios narrando" tiene el amparo –relativo, si se quiere- de lo publicado en algún periódico.

Quisiera ahora abandonar  ese amparo para expresar una opinión acerca de Villa Talar y su desaparición como barrio oficial de ésta ciudad.

 

Villa Talar no es oficialmente un barrio porteño. Puedo imaginar varios motivos, aunque ninguno me consta. No siendo un barrio oficial, podría ser, según la terminología que se use, un "sub-barrio" (expresión que no me agrada ni me parece estética) o un "vecindario"; algo, en fin, más chico o de menor importancia que un barrio "como Dios manda", pero con cierta identidad propia al fin y al cabo.

Pero no. Ni siquiera queda eso y la zona no puede considerarse un vecindario cabal, puesto que la legislación (Ordenanza N° 26.607/72  y Ley 2.650/2008) ha roto su unidad. Villa Talar, recordemos, existía dentro del perímetro marcado por (con los nombres actuales), la Av. San Martín, la Av. Gral. Mosconi, la Av. De los Constituyentes y la Av. Francisco Beiró. Esa unidad fue rota: la porción de la Av. Salvador María del Carril hacia el norte fue incorporada a Villa Pueyrredon y de esa misma avenida hacia el sur fue anexada por la ley al barrio de Agronomía.

Pero cabe hacer aquí un distingo en cuanto a la categoría diferente de estos dos barrios oficiales, Pueyrredon y Agronomía.

Villa Pueyrredón comenzó a formarse alrededor de la estación "Km 14" rebautizada en 1907 "General Pueyrredón". Sus instituciones parecen haber actuado en una zona circundante de la mencionada estación y -en lo que a Villa Talar respecta- cerca de sus límites norte (Av. América / Mosconi) y este (Av. Constituyentes). Se observará que en ninguna de las notas de prensa que aquí se reprodujeron o comentaron se menciona a Villa Pueyrredón. Creo que esto se debe a su crecimiento menor en los años comentados, más lento y más centrado en su zona norte. Posteriormente, en los años 1930 o 1940, la dinámica social y el mayor desarrollo comercial de Villa Pueyrredón -en especial sobre la Avenida Mosconi- hicieron que este barrio opacara a Villa Talar y ese fue un proceso que, guste o no, no puede discutirse.

Muy distinto es el caso de Agronomía. Este barrio se formó de modo artificial. Quiero decir que la ley de barrios arrancó a Villa del Parque su Parque, el que le daba el nombre, el viejo Parque del Oeste o Agronómico, e inventó con él un barrio. Pero como resulta inconcebible un barrio sin pobladores -y "la Agronomía" no tenía residentes permanentes más allá de algún cuidador o casero, sino sólo mucho verde y algunos edificios institucionales- hubo que proveerlo de pobladores. Fue así como se quitó a Villa del Parque un trozo más, el llamado barrio Rawson (el triángulo formado por la Av. San Martín, Tinogasta y Zamudio, en el que nació Julio Cortázar), luego se le quitó a La Paternal el Parque Chas (que posteriormente tendría identidad oficial) y la mitad sur de Villa Talar que ya indicamos.

El instrumento legal  que instituye el "Día del Barrio de Agronomía" dice que éste barrio nace el 25/9/1904, fecha de la fundación de la Estación Agronómica, Granja Modelo y Escuela Práctica de Agricultura; pero todo ese conjunto, ese parque, fue creado cuando Villa del Parque ya existía y dentro de ella. Además, la fundación de un instituto cualquiera, por importante que sea, pero sin población alguna, no es suficiente para fundar un barrio. Salvo que las instituciones se implanten en un desierto, cosa que como sabemos la zona no era.

Adicionalmente, la legislación que comentamos comete otros errores retroactivos. Uno de ellos es atribuir origen agronómico o agronomicense, a destacados vecinos que en su vida hubieran imaginado tener tal gentilicio barrial, como los Doctores Ángel H. Roffo o Francisco Beiró. El primero nació en el centro de Buenos Aires en 1882 y el segundo en Entre Ríos en 1876, ambas fechas muy anteriores al supuesto origen del barrio Agronomía.  

En síntesis, lo que sostengo es que Villa Talar ha sido repartido por mitades entre un viejo barrio que creció más que Villa Talar, lo que podría justificar la anexión y otro totalmente inventado con partes de otros, sin mayor justificación.

La cuestión principal es, sin embargo, si existe o no una identidad y una voluntad talarense. Al respecto, tengo mis dudas. Quedan sí instituciones: el santuario de la “Virgen que desata los nudos” es la Parroquia de San José del Talar, en Navarro 2460; la Asociación Vecinal de Fomento El Talar Norte tiene sede en Salvador María del Carril 2956 y el Club El Talar está situado en Nueva York 2944/2960.

De existir hoy esa identidad talarense, el vecindario podría quizás unificarse y hasta volver a erigirse en un barrio oficial. Pero en este tema, lógicamente, la palabra es de los vecinos.

Villa Talar: Información sobre un barrio porteño que no existe más (Parte VI)

  Por Marcelo J. Bourdeu

Villa Talar: Información sobre un barrio porteño que no existe más







Parte VI

 

1924. Balance y promesas

Comentábamos en la entrega  anterior (Parte V) que la Asociación de Fomento celebró su asamblea societaria, aprobó su memoria y balance de su quinto ejercicio (1923/1924) y renovó autoridades. Quizás interese resumir la nota correspondiente de "La Razón de Villa Devoto" que da una idea bastante clara del trabajo realizado, así como de los importes involucrados.

La síntesis de resultados era la siguiente:

Plaza de ejercicios físicos, instalaciones en general:     $ 1.904,10

Muebles y Útiles                                                                    295,40

Depósito en garantía luz eléctrica                                           50,00

En caja                                                                                   396,94

                         Total                                                        $ 2.646,44

Con el estilo de la época, "La Razón" señala las "múltiples gestiones coronadas por el más justiciero éxito" durante el ejercicio. Entre ellas:

"la ampliación de los grados de la enseñanza primaria en la Escuela N° 12, Consejo Escolar 16, de esa Villa, habiendo allí 1321 niños en edad escolar y sólo capacidad para 345; su atención preferente a los servicios de luz y barrido; del estado y progreso de la plaza de ejercicios físicos; haber conseguido que vaya hasta allí con frecuencia el camión municipal con el biógrafo [Notemos: un camión municipal acercaba el cinematógrafo a los barrios donde no había salas]; los pavimentos conseguidos y en gestión; el petitorio para la creación de una sucursal de correos, y por último, los muchos trabajos ejecutados por la cuadrilla municipal en el año 1923/24, como ser: pasos de piedra, cunetas de piedra, arreglo de calles con la máquina Champion, transporte de tierra, corte de yuyos, canalización y abovedamiento de calles, etc.”.

Además se señalaba: “Debemos anunciar que [la Asociación] ha sido favorecida con la donación de tres metros cúbicos de arena para su plaza de ejercicios de parte de la Compañía Arenera El Vizcaíno".

En esta asamblea se renovaron además autoridades, como ya comentamos en la entrega anterior.

A esta "plaza de ejercicios físicos" arriba mencionada y que había insumido más del 70% del presupuesto de la Asociación, nos referiremos más adelante.

  Todo parece indicar que la Asociación de Fomento de Villa talar estaba decidida a terminar el año 1924 "a toda orquesta"... dentro de sus discretas posibilidades instrumentales, claro está.


Peticionar y reclamar hasta el cansancio (de los funcionarios…) era, además de un deber de vecinos proactivos,  una buena herramienta. Pero le herramienta estaba lejos de ser perfecta, ya que muchas veces los Intendentes municipales no podían, no sabían o no querían satisfacer a los barrios. Así, ya hemos visto y volveremos a ver que Villa Talar emitía voces que sólo después de mucho tiempo tenían algún eco proveniente de la Intendencia Municipal, allá en la lejana Plaza de Mayo.

Precisamente en relación con las solicitudes reiteradas, en esos primeros días de octubre de 1924, la A.F.V.T. produjo otra descarga de su modesta artillería. Dirigió al Intendente la nota que menciona el artículo de la imagen. Aunque algo extensa, es elocuente y suficientemente detallada como para agregar comentarios.

Por esos días el concejal Remigio Iriondo visitó Villa Talar y Villa Devoto, acompañado por miembros de las sociedades de fomento de esas villas. Comentaba "Crítica" del 6/10/24 que Iriondo había constatado "... que la Municipalidad no ha empezado aún a pagar su deuda con esos vecindarios". Mencionemos también otro párrafo de la misma nota: "En Villa Devoto se impone la construcción de afirmados en las calles Morán, Habana y San Nicolás, ampliando esos proyectos sancionados desde hace 10 años ".[La negrita es nuestra.] con la pavimentación de la avenida Lincoln, la calle Orán, desde Morán a Tinogasta y otras de poca extensión

Una forma útil de complementar los pedidos vecinales era, ya entonces, invitar a funcionarios para agasajarlos y exhibirles los problemas sobre el terreno, comprometiéndolos así de alguna forma a su solución. Fue así como, de acuerdo con lo anunciado en la nota que se exhibe, la Asociación llevó a cabo un almuerzo el día 11 de octubre, en el ya mencionado Bar San Martín, con los fines que se indican en la invitación inserta. No puede dejar de verse con alguna melancolía que el precio del cubierto era de $ 3,50 m/n... (aunque, claro está, el poder adquisitivo del peso era muchísimo mayor que el actual). Al almuerzo concurrieron los concejales Remigio Iriondo y Vicente P. Rotta.


Todas estas acciones condujeron a algunas presentaciones positivas en el Concejo Deliberante. Una, ("La Razón de Villa Devoto", del 14/10/1924) fue un proyecto con la firma del concejal Iriondo que proponía al Departamento Ejecutivo procediera "a pavimentar con adoquines de granito y base de hormigón de acuerdo con la ley de la materia y ordenanzas vigentes", las siguientes calles: "... Morán, de Nazca a Helguera; Navarro, de Av. San Martín a Condarco; Bolivia, de Morán a Av. Tres Cruces y Mercedes, de Nogoyá a Santo Tomé". Además, el mismo Iriondo dirigió al Intendente una minuta de comunicación que decía: "Sr. Intendente: El H. Concejo Deliberante vería con agrado que el D. E. diera cumplimiento a la mayor brevedad, a las siguientes ordenanzas sobre pavimentación de varias calles".

Parte de la referida "minuta" de Iriondo muestra por los atrasos que suelen producirse en la ejecución de obras públicas ya aprobadas. Adicionalmente, constituyen una lista muy larga (y probablemente aburrida) de pavimentos a efectuar. [Como recopilador de estas noticias, tuve la tentación de no reproducir la lista que sigue; pero lo hice porque el único interés que tienen estas notas (si alguno tiene), es justamente en dar cuenta del pasado de esta parte de nuestra ciudad de Buenos Aires. Pasado que fue como fue, nos guste o no].

A continuación, la lista de ordenanzas de pavimentación que Iriondo pedía, en octubre de 1924,  que se cumpliesen:

"Ordenanza diciembre 18 de 1922: Lacar, de Nazca a Av. de los Constituyentes; Ordenanza noviembre 28 de 1919: San Nicolás, de Nueva York a Habana; Ordenanza diciembre 24 de 1923: San Nicolás, de Nueva York a Morán; Ordenanza octubre 3 de 1911 y noviembre 28 de 1919: Habana, de San Nicolás a Gualeguaychú; Ordenanza junio 30 y octubre 6 de 1911: Lincoln, de Av. América a Av. Tres Cruces; Ordenanza diciembre 29 de 1923 y julio 31 de 1924: Av. Nacional, de Av. San Martín a Nazca; Ordenanza diciembre 24 de 1923: Av. América, de Av. San Martín a Sanabria y José Cubas de Marcos Paz a Av. San Martín; Ordenanza junio 30, octubre 3 y 6 de 1911 y diciembre 30 de 1913: Morán, de Av. San Martín a Helguera y de Nazca a Bolivia; y Ordenanza junio 13 y diciembre 30 de 1913: Helguera, de Av. Tras Cruces a Av. Nacional."

El 25 de octubre "La Razón de Villa Devoto" da a conocer otra iniciativa más del diligente Remigio Iriondo, quien "compenetrado de los altos fines sociales que persigue la Asociación de Fomento de Villa Talar, aparte de su eficiente actividad edilicia" presentó al Concejo Deliberante otro proyecto de ordenanza cuyo artículo primero decía: "Acuérdase a la Asociación de Fomento de Villa Talar, la suma de mil pesos ($1.000 m/n)moneda nacional, para la compra de aparatos de juegos infantiles, a fin de que sean instalados en el campo de deportes que posee la institución en la calle Lacar esquina Helguera." En los fundamentos se difundía que la A.F.V.T., para crear un espacio de sano esparcimiento para las escuelas de la Villa, había arrendado  el terreno en cuestión y lo había convertido en un campo de deportes. Señalaba además que la Asociación había empleado los escasos recursos disponibles  en la compra de algunos juegos, pero estos resultaban insuficientes.

 "La Razón de Villa Devoto" 1° de noviembre de 1924: Iriondo, una vez más, junto con su colega Tedín Uriburu, presentaron otro proyecto de ordenanza, el 24 de octubre, pidiendo el alumbrado eléctrico "definitivo" en el radio comprendido por las calles Av. San Martín, Habana, Nazca, Morán, Zamudio y Tres Cruces y Sanabria, Nogoyá, Esperanza y Santo Tomé.

En los considerandos se expresaba: "Hay en ellas (por las Villas) densa población, muchas escuelas, industrias, comercios numerosos, centros culturales, institutos como los del Cáncer que hacen honor a la ciudad, oficinas públicas, etc., etc., que demandan esa nueva contribución al progreso y seguridad pública".

Corresponde señalar una vez más la positiva labor de Remigio Iriondo, a quien este blog ha ya dedicado una página, en octubre de 2019. Maestro de profesión, ejerció con honor y éxito su función de concejal en toda la parroquia de San Bernardo. Vecino de Villa Crespo, a las muchas iniciativas suyas que ya comentamos puede agregarse que participó en la villacrespense "Comisión Popular Pro-Subterráneo Lacroze" que ayudó a concreción de la hoy línea "B" de subterráneos. La natural diligencia y efectividad mostradas por Iriondo en sus iniciativas sobre Villa Talar, se vieron seguramente reforzadas por su conocimiento previo con Julián Bourdeu, junto con quien en 1903 fundó en Villa Crespo la Asociación de Fomento Maldonado. Además, Bourdeu fue cofundador -en 1895- y primer director del periódico "El Progreso", de Villa Crespo, del que posteriormente fue también director Remigio Iriondo.

Parece que, lamentablemente, casi cada barrio y cada época tuvieron su  "Paso a nivel de la muerte".  "Crítica", en sus ediciones del 27 de octubre y 15 de noviembre, se refiere así a uno de Villa Talar. Era el del cruce de las vías del F. C. Central Buenos Aires (el “ex Urquiza”) con Nazca y Gutenberg, carente, al parecer, de toda protección e infraestructura ya que "por estar las vías constantemente electrizadas han perecido ya electrocutadas varias caballerías y corren el mismo peligro, de no tener cuidado, las personas". Se señalaba, adicionalmente, la dificultad que esta situación ocasionaba para la necesaria comunicación de Villa Talar con Villa Urquiza y Belgrano.

lunes, 30 de noviembre de 2020

VILLA TALAR: INFORMACIÓN SOBRE UN BARRIO PORTEÑO QUE NO EXISTE MÁS (Parte V)

 

VILLA TALAR: INFORMACIÓN SOBRE UN BARRIO PORTEÑO QUE NO EXISTE MÁS

   por Marcelo J. Bourdeu

                                                Parte V

 ALGO DE LOS PRIMEROS AÑOS VEINTE

 Si ustedes lo aceptan, sigamos enhebrando viejos recortes de diarios y memorias sobre este barrio porteño que ya no sobrevive más que en el nombre de algunas instituciones. De ellas hablaremos más adelante.

 

A inicios de 1921 uno de los varios problemas menores de los talarenses era -imagino- como sobrevivir al verano. A la hora de "la fresca" se acababan todos los problemas porque Villa Talar, Devoto, Villa del Parque y aledañas era -y en mi juventud siguió siendo- una de esas zonas en las que la saludable supremacía de la naturaleza se notaba hasta en la piel.

Todavía en los años 60, al volver del centro al terminar el día, bastaba cruzar el puente de la Av. San Martín con el ferrocarril llamado entonces San Martín, para que todos se sintieran claramente envueltos por un aire fresco saludable, reparador y hasta perfumado. No idealizo, simplemente había muchos más jardines y menos concreto que en años posteriores y que hoy.

Pero en 1921, durante el día, había que ingeniárselas. El aire acondicionado no existía y los ventiladores eran raros. Los de techo, hace un tiempo resucitados, giraban solamente en algunos lugares públicos y -por lo que sé- eran caros para las casas de familia. Cada tanto, el hielero, en reparto domiciliario, entregaba las barras que se conservaban envueltas en arpillera dentro de las heladeras de entonces, o sea un mueble de madera sin motor algunos, con patas y tres o cuatro compartimentos forrados con una lámina de zinc para conservar el frío lo más posible. Ahí se atesoraban las bebidas y los alimentos.

Sumada a los muchos árboles y al pasto abundante, la arquitectura ayudaba: techos altos, patios, aleros, ventanas que se podía -¡qué épocas!- con toda tranquilidad mantener abiertas y pisos con frecuencia algo elevados.

No conocí la casa de mi abuelo en ese entonces, en Pedro Morán 3140 / 3146, entre Cuenca y Helguera. Sé que no tenía lujos, aunque era lo suficientemente amplia para una familia de diez personas: mi abuelo, su madre y su segunda esposa; cuatro hijas y dos hijos más una querida sobrina que vivió años con ellos. Bastante gente, es cierto, pero esas "muchedumbres" eran entonces algo bastante habitual.

La casa era del estilo que muchos porteños mayores conocemos: dos patios, el primero rodeado por la sala, el comedor, la cocina; el segundo por las habitaciones y más atrás el baño, que debía parecer muy alejado en las noches de invierno. Al fondo había una huerta pequeña donde se cultivaba algo de lo que se comía. Durante muchos años, tiempo atrás, cuando hacía tiempo que la casa no pertenecía ya a la familia, me prometí reiteradamente tomarle una foto, cosa que, como era joven, nunca hice. Hacia los cuarenta, creo, se instaló allí una escuela pública y algunas décadas después se presentó -infaltable- la piqueta demoledora. Hoy hay allí un edificio de departamentos. Solamente un par de fotos, como la que se muestra, permiten hoy entrever como eran esas casas. Pero salvo por lo personal y emotivo, este pequeño recuerdo nada tiene de original. ¡Cuántas personas pueden contar lo mismo!

 

Reunión familiar en Pedro Morán 3140 - Villa Talar


Pero volvamos al verano de 1921 y el modo de soportar el verano y entretenerse. Para el 9 de enero, la Asociación de Fomento de Villa Talar (AFVT) organizó una "fiesta campestre" a realizar en las playas de Olivos. La comisión directiva dispuso que varios "tranvías expresos" condujeran a los asistentes al lugar. Allí había programados una serie de "números interesantes" con premios de importancia. También, como frecuentemente ocurría, estaba previsto que una orquesta amenizara la fiesta.

Uno puede imaginarse a las señoras con ropas frescas pero abundantes con y simpáticos sombreritos y a los señores con trajes de verano y ranchos, o gorras tipo "borsalino" (o "de golf"), pero con infaltables moñitos o corbatas.

Lamentablemente, mi recorte de "El Oeste" es del mismo día 9 y no podemos saber si los excursionistas lo pasaron bien o si una lluvia imprevista estropeó la fiesta. Deseemos retrospectivamente que todo haya ocurrido como deseaban.

El 4 de marzo el periódico "La República" permitía apreciar algún avance burocrático.

En la sección Municipales, expresaba: "Con el fin de iniciar en la brevedad posible la ejecución de la apertura de la avenida Nazca, de Tres Cruces (o sea la actual Francisco Beiró) a la avenida San Martín, la intendencia ha remitido una nota al ministro del Interior solicitando la entrega de la superficie de 5.924,74 metros cuadrados de terreno, que en su oportunidad cedió el gobierno a la comuna con ese fin."

Esta apertura sería la que separaría los terrenos del parque de Agronomía del triángulo que ocupa el Instituto de Medicina Experimental, hoy Instituto de Oncología Ángel H. Roffo.

"La enumeración de las calles que por el presente proyecto se manda pavimentar y la vinculación que ellas tienen en la unión de arterias importantes como Avenida Tres Cruces, Los Incas y América (hoy Mosconi), justifican de manera elocuente la presentación de este proyecto."

"Unir Villa Devoto con Urquiza y con Belgrano es un alto pensamiento edilicio que no trepidamos en auspiciar en mérito a los importantes beneficios que prestarían a esas poblaciones, facilitando su vialidad y mejorando sensiblemente sus vías de comunicación"

Quienes así se expresaban eran los concejales Remigio Iriondo (conocidísima figura de Villa Crespo y la ciudad toda), J. J. Díaz Arana y Virgilio Tedín Uriburu, al suscribir un proyecto de Ordenanza a girarse a la Comisión de Obras Públicas y Seguridad, según consta en el "Boletín Taquigráfico del Consejo Deliberante" del 29 de marzo de 1921. (Remigio Iriondo tuvo abundante actuación en la parroquia de San Bernardo y fue autor de algún curioso proyecto edilicio que en otra oportunidad comentaremos).

El artículo de fondo del proyecto referido decía así: "El D. E. procederá a pavimentar con adoquines de granito y base de hormigón de acuerdo con la ley de la materia y ordenanzas vigentes, las siguientes calles: Tres Cruces, desde Avenida San Martín hasta Constituyentes. Constituyentes, desde Tres Cruces hasta Avenida América. Avenida de los Incas, desde Tres Cruces y Constituyentes hasta Triunvirato." En base a los fundamentos antes citados, los concejales esperaban contar con la cooperación de sus colegas para traducir en realidad lo que ese momento era sólo una aspiración vecinal.

La irregularidad de los recortes que son mi fuente me obliga a pasar por alto, y lo lamento, a todo el año 1923 y a la mayor parte del 24.

El 31 de agosto 1924 se realizó en el Instituto de Medicina Experimental y con la asistencia de numerosos socios, la asamblea extraordinaria de la Asociación Cultural de Villa del Parque, Devoto y Talar. Se sometió a consideración de los socios la Memoria del ejercicio anterior, la que resultó aprobada sin observación.

Según nos comenta "La Razón", esta entidad realizaba, como es obvio, actos culturales, en especial conferencias sobre temas científicos, sociales, económicos y de divulgación de conocimientos para combatir el cáncer y otras enfermedades.

En el ejercicio social considerado en esta oportunidad, adicionalmente, se hicieron, homenajes a la fundadora de la institución, Sra. Helena Larroque de Roffo -fallecida tempranamente en febrero de ese año-  y  gestiones ante el Consejo Nacional de Educación para obtener la creación de una escuela nocturna de varones en Villa del Parque.

Es justo detenerse un poco en la figura de la Sra. de Roffo y en su obra. Era entrerriana, nacida en 1883 e hija de un abogado. Estudió medicina pero no llegó a recibirse aunque en la Facultad conoció a quien sería su esposo, el Dr. Ángel H. Roffo. Éste fue un reputado especialista en cáncer - sobre este mal fue su tesis doctoral- y su esposa colaboró activamente en sus estudios e investigaciones. Juntos fundaron el Instituto de Medicina Experimental (hoy Instituto Oncológico) y la Liga Argentina de lucha contra el cáncer. La Sra. de Roffo fundó,  como ya dijimos, y trabajó además activamente en la Asociación Cultural de Villa del Parque, Devoto y Talar cuya asamblea reseñamos. Hoy el Instituto, la entonces "Escuela de Nurses" y hoy de Enfermería, la Fundación y la Asociación Cultural Social y Biblioteca Popular Helena Larroque de Roffo con sus múltiples actividades forman un complejo que honra la labor tan destacada de este matrimonio.

Volviendo a la asamblea que tratábamos, uno de los hechos más recordables es que, ante iniciativas complementarias de los vecinos Biedma y Golpe, se aprobó por unanimidad que la Asociación llevara en adelante el nombre de la señora de Roffo. Se tomaron además otras decisiones y se eligió a las nuevas autoridades. Las informaciones sobre esta asamblea corresponden a notas de "La Razón" de ese mes de septiembre. Reproducimos aquí el correspondiente al día 6.

En esos mismos días la A.F.V.T. celebró su asamblea societaria, aprobó sus balances y renovó autoridades como reseña otra nota del mismo periódico y fecha.


Reservamos para un próximo contacto algunos detalles de lo realizado en el período y otros hechos de esta década.

 

TIEMPO ATRÁS, POR EL CAMINO DE MORENO

 

              TIEMPO ATRÁS, POR EL CAMINO DE MORENO

 

Antes que el barrio de Villa Crespo sea así llamado por los rematadores de lotes, un camino de barro fue una de las vías para trasladar a los muertos a su última morada.

 

CAMINO DE MORENO

La actual Av. Warnes (denominada así por Ordenanza de 1893) en la década de 1870  era un sendero de barro conocido como el Camino de Moreno. Pocos pobladores moraban en las residencias veraniegas de recreo propiedad de familias porteñas y en las viviendas precarias con quintas habitadas por criollos e inmigrantes italianos.

Este camino era así conocido porque se encontraba en la propiedad de Pedro Moreno, próxima  a las de  la familia Antezana, a la quinta de los Balcarce, a la del Ministro inglés Henry Southern, entre otras.

Esta vía era transitada por carretas tiradas por bueyes que llevaban verduras y hortalizas al casco céntrico porteño. Un paisaje campestre, así era la vista que se ofrecía a los posibles visitantes décadas antes que se conociera esta zona como Parroquia de San Bernardo o como la denominaran los rematadores de lotes, la Villa de Crespo.

El de Moreno era uno de los pasos obligados para dirigirse a las “chacritas de los colegiales” ya que a la altura de Thames se había construido un puente para cruzar el Arroyo Maldonado.

 

FIEBRE AMARILLA DE 1871

Al concluir la Guerra de la Triple Alianza o Guerra del Paraguay (1864-1870 entre, por un lado, Brasil, Argentina y Uruguay y por el otro Paraguay) los soldados argentinos vuelven a sus lugares de residencia: Corrientes y Buenos Aires.

Esta guerra los brasileños la recuerdan bajo el nombre de Guerra do Paraguai y los paraguayos Guerra Grande, o Guerra contra la Triple Alianza o Guerra Guasú.

Muchos combatientes regresan a sus hogares portando la enfermedad de la fiebre amarilla, producida por la picadura del mosquito hembra infectada aedes aegypti (el cual también es transmisor de dengue, zika y chikunguya).

Muy pronto el contagio es masivo en Buenos Aires ciudad, especialmente en los conventillos habitados, en general, por inmigrantes de múltiples nacionalidades diferentes.

La mortalidad en Buenos Aires aumenta cada día de ese año 1871. Se calcula que en esta ciudad las muertes ascendieron a 14.000 en total y más de 3.400 fallecidos fueron trasladados al cementerio de la Chacarita. Una de las vías para llegar era el Camino de Moreno.

En esos años el cementerio de la Chacarita estaba emplazado en lo que hoy es el Parque Los Andes.

 

LA PINTURA QUE REFLEJA EL DRAMA

La obra pictórica “Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires” del pintor uruguayo Juan Manuel Blanes (1830-1901) nos muestra el drama que se vivía día a día, casa por casa, habitación por habitación.

               
                          “Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires” del pintor uruguayo Juan Manuel Blanes 


Esta tela al óleo presenta el instante en que el abogado José Roque Pérez, con el sombrero recién retirado de la cabeza, y el médico Manuel Gregorio Argerich, con el sombrero que ya descansa entre sus manos, observan a una mujer que yace muerta en el piso de la pieza. Ella lleva puesto un atuendo blanco y está descalza. Cerca de su mano derecha se encuentran una cuchara y una taza. Un bebé tiende sus manos al pecho izquierdo de la difunta como queriendo mamar.

Entre Roque Pérez y Argerich, en un plano posterior, se halla un hombre agachado que ve la escena con mirada desconcertada. Arriba de él, otro hombre también observa a la mujer muerta y tapa su nariz y boca con un pañuelo.

A la derecha del cuadro yace acostado un hombre muerto con el torso desnudo, cubierto hasta la cintura por una sábana y frazada. Arriba de él puede observarse en la oscuridad del cuarto una cruz cristiana.

A la izquierda de Argerich se observa a un jovencito con chaleco y con las manos en los bolsillos del pantalón. También se encuentra descalzo con los dedos del pie izquierdo sobre los del derecho y con su mirada perdida, quizá en una actitud de nerviosismo. Puede ser que sea el hijo mayor de esa mujer alcanzada por la muerte.

Juan Manuel Blanes realizó una representación del drama que sufrieron tantas miles de personas. Se basó en el parte policial confeccionado por el Comisario Lisandro Suárez, es por eso que se conocen los datos de la mujer. Su nombre era Ana Brisitiani y era de nacionalidad italiana. Se la encontró muerta el 17 de marzo de 1871 en Balcarce 384 (barrio de San Telmo).

El parte policial dice que en realidad la mujer se encontraba muerta sobre el colchón “con una criatura de pecho mamándole”. El marido de la mujer, en esa fecha, se encontraba “enfermo en la Boca del Riachuelo”.

Tal vez Blanes, en su obra, incorporó al marido en la escena o, como sugieren algunos críticos de arte, el autor quiso representar al Cristo tendido en la cama.

Tanto Roque Pérez como Argerich murieron de esa fiebre que asoló a Buenos Aires junto a otros diez médicos, dos practicantes y cinco farmacéuticos.

 

COCHES FÚNEBRES EN AV. WARNES

Por varios años más este Camino de Moreno fue escenario del lento transitar de coches fúnebres tirados por caballos, esta vez en 1887 con la epidemia del cólera.

Los carruajes llevando a los cadáveres y sus acompañantes partían de la esquina de Corrientes y Centro América (actual Av. Pueyrredón).

 

EL PASO DE LOS CARRUAJES FÚNEBRES POR WARNES EN LA LITERATURA

En la novela “Adán Buenosayres” de Leopoldo Marechal se percibe el impacto de los vecinos ante la presencia de estos carros fúnebres portando cadáveres hacia su descanso eterno.

En el capítulo I del Libro Segundo nos dice  Marechal:

“-¡Ojo al entierro!

Adán había llegado a la calle Warnes, y como intentara el cruce debió retroceder precipitadamente. ¡Hurra! El cortejo avanzaba entre un ondear de penachos luctuosos y un repique de solemnes herraduras. Seis caballos negros, (…) tiraban del coche fúnebre. Detrás venía la carroza de las flores, palmas, coronas y cintas de color morado. Luego los cupés de los deudos con sus farolas enlutadas, y veinte más en fila, relampagueantes de charol.

Detenido en la esquina de Monte Egmont y Warnes, Adán leyó las dos letras de oro que relucían en el cortinado funeral de la carroza. R.F.”

 

eduardobolan@gmail.com

martes, 20 de octubre de 2020

CUANDO VILLA CRESPO SUPO HOMENAJEAR A LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ Y A PUNTOS LIMÍTROFES EN CONFLICTO

CUANDO VILLA CRESPO SUPO HOMENAJEAR A LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ Y A PUNTOS LIMÍTROFES EN CONFLICTO

Por Eduardo H. Bolan

 

Hacia 1888, año inicial del hoy barrio de Villa Crespo y hasta comienzos de la década del ´40 en el siglo XX, muchas de las arterias de esta barriada tenían otros nombres.

El Barrio no se inició con los habitantes que la pueblan hoy día, ni siquiera hace pocas décadas, su origen oficial se remonta al 3 de junio de 1888 pero ya antes de esta fecha numerosas  familias residían en el hoy Villa Crespo.

 

Calles ¿nombres o números?

En 1868 se intentó aplicar a la Ciudad de Buenos Aires la nomenclatura de las arterias por medio de números, en consecuencia numerarlas. Esa iniciativa fracasó estrepitosamente porque los porteños conocían los nombres de las calles y no deseaban olvidarlas. Por lo tanto no prosperó la designación numérica como sí ocurrió en la Ciudad de La Plata.

Mientras transcurrían las décadas pasaban los Intendentes. Con los cambios de habitantes  se aprovechaba para renombrar a algunas de las vías de circulación.

En este escrito quiero recordar algunas antiguas denominaciones  de arterias, resaltaré las que supieron homenajear a la provincia de Santa Cruz y a álgidas cuestiones limítrofes.

No me detendré en historiar los por qué de los nombres actuales, eso quedará para otro momento.

 

Calle Dungeness, hoy Luis Viale

Nacía en los terrenos que fueran propiedad de Southern. Para visualizar donde comenzaba deberemos observar, aproximadamente, el sector de la calle Ministro Inglés (luego denominada Canning, posteriormente Raúl Scalabrini Ortiz, volvió por poco tiempo a llamarse Canning y ahora nuevamente R. Scalabrini Ortiz) y Camino de Moreno (hoy Warnes).

Dungeness rendía homenaje a esa lengua de tierra que se introduce en la margen del Estrecho de Magallanes. Se le dice lengua porque a esa zona marítima se la conoce como boca de la Región de Magallanes. Es el punto más austral de la República Argentina continental, es el límite biocéanico entre el Atlántico y el Pacífico, por lo tanto de la Argentina y Chile. Es todo un símbolo de soberanía y de amistad entre dos países limítrofes.

Esta Punta Dungeness, que se encuentra ubicada en la provincia de Santa Cruz, fue así denominada por el navegante británico Samuel Wallis que llegó a esas costas en 1766. Le impuso ese nombre en recuerdo  al Cabo Dungeness de la costa de Kent, Inglaterra.

La arteria Dungeness,  desde diciembre de 1921, pasó a llamarse Luis Viale, tal cual la conocemos hoy.

 

Calle Vírgenes, hoy Galicia

En la provincia de Santa Cruz se encuentra el Cabo Vírgenes con un Faro homónimo.

Desde 1893 se llamaba así a esta calle en honor al Cabo que fuera avistado por Fernando de Magallanes el 21 de octubre de 1520, día que se conmemora a Santa Úrsula y las Once mil Vírgenes, mujeres martirizadas en el siglo V. Magallanes decidió bautizar ese cabo en honor a Úrsula (joven nacida en la ciudad de Colonia, Alemania) y de las, en realidad, once vírgenes (lo de las mil fue un error al traducirlo del latín).

En el año 1944 se designó a esta arteria con el nombre de Galicia.

 

Calle Monte Dinero, hoy Dr. Luis Belaustegui

Así se bautizó a esta vía para reconocer la importancia de la Estancia Monte Dinero, cercana al Faro de Cabo Vírgenes y Punta Dungeness. Hoy día, esta zona, todavía se encuentra poblada por una pingüinera que es conocida también como Monte Dinero.

Se desconoce desde qué fecha llevaba este nombre, pero desde 1889, en varios tramos, ya se la reclasificó como 2º Gaona.

Es a partir de la Ordenanza de 1942 donde toma el nombre de Dr. Luis Belaustegui.

                              

Provincia de Santa Cruz, puntos limítrofes con Chile


Calle Deseado, hoy Remedios Escalada de San Martín

La antigua denominación de la arteria correspondía al departamento santacruceño ubicado en el noreste de la provincia, limitando con la de Chubut.

Su denominación actual se llevó a cabo por Decreto de 1944.



 Otra particularidad patagónica en Villa Crespo de ayer

Calle Chubut, hoy Dr. Ángel Gallardo

En la época en que la calle Corrientes (hoy su recorrido es desde Eduardo Madero hasta Federico Lacroze) nacía en el bajo porteño para cambiar su nombre por Triunvirato, a la altura de las chacras de Villa Crespo, la arteria que allí se iniciaba se denominaba Chubut. Era el límite entre lo urbano, visto desde el centro porteño, y la zona de potreros.ñ

En el año 1942 cambió su nombre por el actual, Av. Dr. Ángel Gallardo.

Chubut como ahora Ángel Gallardo, es una arteria que corre, digamos, paralela a las calles especificadas anteriormente.

 


      Detalle del plano de Villa Crespo 
(realizado por la Junta Barrial y de Estudios Históricos de Villa Crespo)


La particularidad transversal

Calle Miriñay, hoy Valentín Virasoro

Así se la conocía, desde la Ordenanza de 1904, a esta calle del antiguo Villa Crespo.

Esta arteria le rendía homenaje al río correntino Miriñay.

Por Ordenanza del año 1942 se le impuso la nueva denominación con la cual se la conoce hoy, Valentín Virasoro.

Al año siguiente, 1943, el nombre de la calle Miriñay fue trasladado al barrio de Parque de los Patricios. Para ese mismo año se concretó lo mismo con la arteria Mocoretá (actual Juan B. Ambrosetti). Ambas denominaciones, junto con la ya existente Guayquiraró, es utilizada como tríada para homenajear, en la Ciudad de Buenos Aires, a la provincia de Corrientes.

Miriñay corría en forma transversal a las calles que homenajeaban a Santa Cruz, quizá una forma de que las provincias se toquen, se unan y se encuentren hermanadas.


 Por Eduardo Horacio Bolan

eduardobolan@gmail.com