Información sobre un barrio porteño que no existe más
El título de este
artículo quizás insinúe cierto dramatismo. No sería extraño que venga a la
mente de algún lector el recuerdo de reinos desaparecidos o civilizaciones
extinguidas. Pero desde ya, no hay aquí nada de eso. Se trata sólo de un
barrio. Aunque ¿es sólo un nombre lo que se pierde cuando desaparece un barrio?
Propongo que tratemos de contestar esta pregunta cuando lleguemos al fin de
esta corta serie de artículos.
Efectivamente, el barrio del que hablaremos no
existe. Aunque, claro, existió.
Pero comencemos por
el principio.
¿De qué barrio
hablamos?
De Villa Talar, una entidad que tuvo por límites el rectángulo
formado por
la Avenida San Marín,
la Avenida Tres Cruces (hoy Av. Francisco
Beiró),
la Avenida Constituyentes y
la Avenida América (hoy Av. Gral. Mosconi).
¿Cuándo nació?
Hace
tiempo, a principios del siglo XX, cosa que ya veremos con más detalle.
¿Cuándo desapareció
y por qué?
Desapareció el 21 de abril de 1972, en virtud de un acto
administrativo de la autoridad municipal de entonces, plasmada en la Ordenanza
26.607 publicada en el Boletín Municipal número 14.288.
Desde luego esta
ordenanza es sólo la razón formal de la desaparición. Es difícil establecer las
razones de fondo. ¿Habrá sido la indiferencia o el desinterés de los vecinos?
Parece lo más probable, ya que la desaparición e inmediato reparto de la villa
entre dos de los barrios que la rodeaban se concretó con total calma. Por
supuesto, no hubo una pueblada, ni disturbios. Ni aún manifestaciones o
“solicitadas” en los diarios. A nadie
pareció importarle.
Lo curioso es que el reparto de Villa Talar se hizo entre
otros dos barrios que sí son oficiales y uno de ellos surgió, artificialmente,
después de la propia Villa Talar.
Cosas de la vida…
Aclaro desde ahora
que este trabajo no es el resultado de una investigación histórica con todas
las letras.
La fuente de la información que aquí se volcará es fundamentalmente
nada más que una colección de recortes periodísticos que abarcan el período
1905 - 1932 aunque lo más directamente vinculado con Villa Talar corresponde al
lapso 1919 - 1927.
Digamos, también
desde ya, que la información que
volquemos puede muy bien ser controvertida ya que una nota periodística puede estar
equivocada o aún ser falsa. Seguramente este blog recibirá con gusto las
precisiones, informaciones o correcciones fundadas que los lectores quieran
aportar.
En mi opinión, lo
que da justificación a estas líneas es mostrar que Villa Talar existió y tuvo
una vida movida.
Sí, tuvo una actividad vecinal intensa con gran participación
comunitaria en lo cultural, en la preocupación por el bien común y el progreso
zonal. Esto quedó expresado -entre otras
manifestaciones- en sus instituciones, algunas de las cuales sobreviven
y a las que desde aquí rindo un solitario homenaje.
Quizás, si sus
vecinos lo deseasen, el Talar podría renacer y, resurgido, ser más conocido.
Como la Historia
nos enseña, todo el noroeste porteño tiene su origen en tierras del Partido de
San Martín que la ciudad incorporó mediante
canje por otras con la Provincia de Buenos Aires, en 1887.
Pasaron así a ser
porteñas, entre otras, las tierras de las familias Gainza y Lynch que
corresponden -aproximadamente- a los actuales barrios oficiales de
Villa
Devoto,
Villa del Parque,
Villa Talar,
Villa Real,
Villa Pueyrredón y
Agronomía
En un principio eran zonas netamente
rurales, con pastos salvajes, montecitos y los animales de la pampa que, poco a
poco, empezaban a retirarse ante la cada vez más frecuente presencia humana.
Después empezaron a aparecer las quintas, los hornos de ladrillos y las
primeras construcciones de alguna importancia.
Entre las especies arbóreas,
naturalmente, se destacaban los talas, en especial en los alrededores de las
actuales Nazca y Beiró.
Luego apareció el tren. El Lacroze,
el "trencito", al que escuché llamar "el tranvía", por
tener la trocha más angosta de la ciudad.
Llegaba desde Chacarita, entraba en
Villa del Parque (o sea –y atención que esto es importante para nuestra
historia- entraba al barrio que contenía al parque Agronómico) en la estación
Arata.
Atravesaba Villa Talar con una parada en la estación Tres Cruces (nombre
de la actual Av. Francisco Beiró) cerca de Nazca y Gutenberg y seguía hacia
Devoto donde hacía un alto en la estación América (nombre entonces de la Av.
Gral. Mosconi) y salía después a la Provincia.
Los años pasaron y
el Talar se fue poblando. Ya había "avenidas", algunas casas
importantes, aunque la tierra y el verde aún predominaran con holgura. Todavía
muchas calles tenían una zanja para colectar el agua de lluvia y cada dueño
hacía su puentecito para acceder a la casa desde la calle. ¿Veredas? No por
entonces.
En septiembre de
1919 se creó la pionera Asociación de Fomento de Vila Talar. Informaron del
hecho varios medios de prensa entre los que cabe destacar a los por entonces
muy numerosos medios barriales, de la zona o alrededores (La Razón de Villa
Devoto, El Oeste, Astrea, Los Principios, La Época, La Ráfaga, El Progreso, entre
muchos otros).
El "Boletín Municipal" dio cuenta de la noticia en su
ejemplar del 1° de octubre y La Prensa recién el 11/1/1920 informó que el Sr.
Intendente "firmó ayer" la autorización pertinente.
Transcribimos el
párrafo inicial de la nota de "El Oeste" del día viernes 14 de
septiembre de 1919: "En Villa Talar. Los vecinos del
radio comprendido entre la Avenida San Martín, Tres Cruces, Constituyentes y
Avenida América o sea Villa Devoto Norte, han celebrado una asamblea, dejando
constituida una sociedad de fomento."
Es interesante
destacar la vinculación originaria de Villa Talar con Villa Devoto.
La Comisión
Directiva de la AFVT estaba constituida así: presidente: Julián Bourdeu;
vicepresidente: José Pedro Fernández;
tesorero: Senén Morla;
protesorero: José
Abbiate;
secretario general: R. Argentino Calvo;
secretario de actas: Ignacio
A. Bordenave;
prosecretario: Hércules Barberis;
vocales: Jerónimo Belgrano,
Antonio Daglio, Adrián Bulo, Eduardo Charpentier y Eduardo Villagra. Suplentes:
Camilo Poltti, Atilio Cervino, Andrés Calzetta, Honorato Accialini y Rómulo
Barberis. La secretaría de la Asociación funcionaría en el local del Centro
Social "El Talar", en la calle Lacar 2988, cedido gentilmente para
ese fin.
Los vecinos de
Villa Talar no eran ni pasivos ni indiferentes al progreso.
Rápidamente,
emplearon a la novel Asociación de Fomento, sin esperar a la burocracia, como
portavoz de una serie constante de
pedidos y reclamos a la Intendencia Municipal. También, en la medida de sus
limitados medios, en órgano de ejecución de realizaciones concretas.