ÁNGEL GALLARDO, NATURALISTA SOBRE TODO
Una estación de subte y una
avenida lo recuerdan en la Ciudad de Buenos Aires. El Museo Provincial de
Ciencias Naturales de Rosario lleva su nombre así como una localidad del
Departamento La Capital en la provincia de Santa Fe. En Neuquén un lago
conmemora su notoriedad.
Ángel Gallardo, hombre de
múltiples facetas donde sobresalen su pasión por la Ciencia y su devoción por
el estudio de las hormigas.
Primeros años
Del matrimonio del oriental (nacido
en Colonia del Sacramento) León Gallardo Esnaola y de doña Ángela Lebrero
Castaño nace en 1867 el niño Ángel Juan Pedro en la Ciudad de Buenos Aires.
La lectura es fundamental en el
aprendizaje de los primeros años de Ángel. La ciencia que emana de los libros
de Julio Verne, su autor infantil preferido, estimula su mente curiosa. También
la observación. Otro de sus libros predilectos es La historia de las hormigas (1810) de Pierre Huber. Sin olvidar la
pulcritud que le exigen en su casa paterna, se tira al suelo, literalmente,
protegiendo sus ropas con una frazada, para examinar de cerca a las hormigas, esos seres que trabajan sin
descanso, que comienzan y no paran su accionar hasta concluir el proyecto
trazado.
Completado el período de la
escuela primaria se inscribe en el Colegio Nacional Buenos Aires (calle Bolívar
263). Le toca vivir, siendo estudiante, cuando es desplazado José Manuel Estrada,
católico practicante, del cargo de rector del Colegio, por su convicción
religiosa. El gobierno nacional del Presidente Julio Argentino Roca promueve el
laicismo y este intento de separar Estado e Iglesia católica provoca la
separación de Estrada y su reemplazo por Amancio Alcorta (rector desde 1883
hasta 1890).
Cabe recordar que el Colegio
Nacional fue instaurado en 1863 bajo la presidencia de Bartolomé Mitre.
Ya recibido de bachiller
ingresa en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, donde egresa
en 1894 con el título de Ingeniero Civil. En este período universitario simpatiza y se afilia a la Unión Cívica,
partido político creado en 1890 bajo el liderazgo y presidencia de Leandro N.
Alem y que al año siguiente se parte en UC Radical, con Alem y UC Nacional,
bajo el liderazgo de Mitre.
Hombre de ciencia y docente
En 1892, antes de recibirse de
ingeniero, Ángel Gallardo trabaja como docente y ejerce como profesor en la
materia Historia Natural en el Instituto Libre de Segunda Enseñanza (ILSE),
ubicado en la calle Libertad 555. El lema del ILSE es Vitam impendere vero (vida pasa por la verdad, consagrar la vida a
la verdad, que fue la consigna de Jean-Jacques Rousseau).
Hombre apasionado por las
ciencias naturales, Ángel Gallardo no ejerce como ingeniero y se acerca a las
enseñanzas de Friedrich Wilhelm Karl Berg, el cual, nacido en Letonia y a fuerza de tesón y con
escasos medios económicos, sabe destacarse como naturalista en su país. Karl Burmeister, nacido en la Pomerania
sueca (actualmente corresponde a Alemania) pero naturalizado argentino, convoca
al país a Berg para trabajar en el Museo Público, como se conocía en esos años
al actual Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN) y como profesor de la
cátedra de Zoología en la Facultad de Ciencias Naturales.
Acaso como es costumbre entre
los acaudalados de fines del siglo XIX, los egresados universitarios celebran
su título con un viaje “al Viejo Continente”. Ángel Gallardo elige ir a
Francia, hogar de Jules Gabriel Verne (1828-1905), aquel escritor de literatura
científica que lo deleitara en su infancia. No solo es de placer el viaje,
también es de estudio. Un doble placer para el joven Ángel. En París asiste a
cursos, en la Universidad de La Sorbona, dictados por destacados científicos de
la época.
Actividad e investigaciones científicas
Al retornar al país es
designado para desempeñar el cargo de profesor en la cátedra de Zoología y la
de Botánica de la Facultad de Ciencias Exactas. En 1896 preside la Sociedad
Científica Argentina (Av. Santa Fe 1145), creada en 1872 por el entonces
Presidente Sarmiento. Comienza a publicar los “Anales” de esa Sociedad y
convoca al Primer Congreso Científico, para que asistan representantes del
continente americano.
Al despuntar el nuevo siglo,
el XX, viaja nuevamente al exterior para representar a la Argentina en
congresos internacionales en las especialidades de Botánica y Geología.
No pierde de hábito de seguir
estudiando y obtiene el título de Doctor en 1902. Ante el fallecimiento de Carlos
Berg, de quien aprendiera tanto, es nombrado profesor titular de la cátedra de
Zoología en la Facultad de Ciencias Exactas.
No deseo abrumar al lector con
toda la actividad científica desplegada y muchos más cargos que desempeña Ángel
Gallardo pero recalco su afán de seguir estudiando y es por eso que detallo un
nuevo viaje a París. Esta vez en 1904 y es para asistir a cursos dictados por
el físico francés Henri Becquerel, descubridor (1896) de la radioactividad.
Otro cargo que no puedo dejar
pasar es que en 1911 es nombrado Director del Museo de Ciencias Naturales de
Buenos Aires.
Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”
La historia de este Museo
merece ser contada en profundidad pero en resumidas cuentas la idea original de
su fundación pertenece a Bernardino Rivadavia, al ejercer el cargo de
secretario del Primer Triunvirato (1812). Posteriormente, en 1823, el mismo
Rivadavia, ahora como ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores del gobernador Manuel Rodríguez da
cuerpo a su idea.
Desde su creación, este Museo (ubicado
en la actualidad en Av. Ángel Gallardo 470, Parque Centenario), ha recibido varias denominaciones y ocupado
diferentes emplazamientos a través de décadas. En 1925 comienza la construcción
del actual edificio, preparado especialmente para ser lo que es, un Museo de
Ciencias Naturales. El primero de los tres cuerpos se inauguró en 1937 en la
presidencia del ingeniero y militar Agustín Pedro Justo, político proveniente
del radicalismo.
Ateniéndonos a los directores
del Museo relacionados con Ángel Gallardo, Burmeister
fallece a sus 85 años, ocupando ese cargo, en 1892. Es más, se dice que la
muerte se produjo producto de un accidente dentro del Museo.
En vida, Burmeister, contrario
a la teoría de la evolución, hizo gestiones para que su sucesor fuera Berg, impidiendo así que le continuara
en el puesto el paleontólogo darwinista Florentino Ameghino. Por esa sugerencia
anterior, Berg sucede a Burmeister.
Al fallecer Berg en 1902 ocupa
el cargo de director, finalmente, Florentino Ameghino. Al morir éste en 1911 le
sucede Ángel Gallardo, quien a su vez deja la dirección en 1916, en el inicio
de gobiernos radicales, para asumir la presidencia del Consejo Nacional de
Educación.
Nuevos cargos
Además de los numerosos libros
y artículos publicados, Ángel Gallardo, en su nuevo cargo presidiendo el
Consejo, de 1916 a 1921, duplicó la cantidad de escuelas en el país, siendo su
pensamiento prioritario “fomentar nuestras escuelas, enriquecer bibliotecas,
fundar y dotar laboratorios, dar elementos de trabajo a los observatorios y
museos, facilitar las publicaciones científicas". Imparte un sesgo muy
belgraniano a su gestión promoviendo actos para ensalzar a la bandera
argentina.
Los cargos se suceden, solo
nombraré los más importantes.
En 1921 (presidencia Hipólito
Yrigoyen) es designado embajador en Italia. Como científico expresa: “No he
sido ni soy hombre político ni tengo aspiraciones de serlo”. Como radical manifiesta
“prestar, en lo que de mí dependa, un servicio a mi país y un acto de
solidaridad
con el excelentísimo señor presidente de la República". En ese período italiano,
Gallardo, simpatiza con las ideas de Benito Mussolini que en 1922 llega al
poder.
Bajo la presidencia de Alvear
es designado ministro de Relaciones Exteriores y Culto (1922/28), donde manifiesta
opiniones anticomunistas.
En 1932, por unanimidad, es
nombrado Rector de la Universidad de Buenos Aires, cargo al cual renuncia poco
antes de fallecer, en 1934, a sus 66 años.
Sara, nieta escritora y feminista
Ángel contrae matrimonio en su
juventud con Dalmira Cantilo Ortiz Basualdo, de esta unión nacen cinco hijos.
Uno de ellos, es el historiador
Guillermo. Una de las hijas de
Guillermo es la escritora Sara Gallardo.
El asma, que finalmente la
llevará a la muerte, no es impedimento para que Sara Gallardo (1931-1988)
escriba a sus veinticinco años la novela Enero,
trama ambientada en el campo argentino, en la cual su protagonista queda
embarazada producto de una violación.
Su obra más famosa es Los galgos, los galgos (1968) donde
retrata en un ambiente campestre la historia de un amor maldito entre Julián y
Lisa, sus protagonistas.
Como entomólogo
Como investigador científico Ángel Gallardo se dedica, al comienzo de su carrera, al análisis de la herencia
(genética, con vocabulario actual) siendo precisamente el tema de su tesis de
doctorado: “Interpretación dinámica de la división celular” (1902), pero su
mayor devoción es hacia el estudio de los insectos, en especial por las
hormigas. Este interés se manifiesta desde su temprana niñez y él mismo lo recuerda, años después en sus Memorias, con alegría: "Cuando
volvía del colegio observaba las hormigas en el fondo de la calle Florida,
donde colocaba una alfombra y me extendía para verlas más de cerca, mientras
comía bizcochos de panadería y naranjas, de las cuales participaban también las
hormigas”.
A pesar de su gran actividad profesional y
vida familiar siempre tendrá tiempo para escribir artículos sobre las hormigas
para la Revista de la Sociedad Entomológica Argentina y en libros como “Las
hormigas de la República Argentina” (1920)
Quedará para otro momento los recuerdos de Ángel Gallardo hacia lo que con los años sería Villa Crespo. Su abuelo materno, Manuel Lebrero poseía terrenos, quinta y casa veraniega entre las arterias Boulevar Corrientes (Av. Corrientes), Ministro inglés (Av. Raúl Scalabrini Ortiz), Camino a Moreno (Av. Warnes) y el Arroyo Maldonado (aproximadamente Av. Juan B. Justo). Seguramente allí, en esa zona campera, en su infancia y pubertad, habrá podido observar con mayor detenimiento a sus amigas, las hormigas.